Hace un año atrás se produjo el último golpe de Estado en el Perú, el cual fue derrotado por valientes manifestaciones multitudinarias. El 9 de septiembre del 2020 el Congreso destituyó al Presidente constitucional Martín Vizcarra para reemplazarlo inmediatamente por el portavoz del parlamento, el congresista Manuel Merino de Acción Popular, quien fue apuntalado por el fujimorismo y por la derecha.
Reacción popular al golpe de Acción Popular
El pueblo salió inmediatamente a las calles e hizo que el nuevo Gobierno de Merino solamente dure del 10 al 15 de dicho mes. Él fue el Presidente que menos tiempo haya durado en el cargo desde la guerra con Chile en 1879. Cientos de miles o millones de peruanos, depende de las versiones, marcharon en Lima y cientos de lugares en el Perú y el mundo para protestar, pese a que en ese momento la pandemia estaba transformando al país de los incas en el que más muertos por habitante había dejado el COVID-19 a nivel planetario.
Fueron los jóvenes, muchos de los cuales salían por primera vez a las calles, quienes tomaron la vanguardia. Las masas se enfrentaron tanto al coronavirus como a las balas. En esa gesta fueron abaleados o heridos unos 200 manifestantes. Después de ello vino el paro agrario entre noviembre y diciembre. No se sabe exactamente cuántos muertos hubo en esas jornadas. Algunos hablan de una docena, aunque los más conocidos son Inti Sotelo, Bryan Pintado, Jorge Yener, Reynaldo Reyes y Kauner MR, de 24, 22, 19, 22 y 16 años cada uno.
La marea humana no salía a defender a Vizcarra, considerado por muchos como un corrupto, sino a oponerse a un Congreso tildado de golpista y aún más corrupto. Esas marchas generaron el caldo de cultivo para la ulterior derrota de Keiko Fujimori y la repentina victoria electoral de un rondero agrario y pobre.
Gran concentración el sábado 13
Este sábado 13 a las 3 pm decenas de colectivos vienen llamando a una gran concentración en la plaza San Martín para rendir homenaje a las víctimas y demandar justicia. Urge que esta manifestación sea masiva para evitar que el Congreso repita hoy la misma barbaridad.
Al igual que 12 meses atrás, Acción Popular preside el Congreso con el apoyo de la ultraderecha y Keiko Fujimori. Empero, ahora son más abiertos y claros los intentos de ese sector para imponer un golpe parlamentario. Maricarmen Alva abiertamente reivindica a su correligionario Merino, nunca ha marcado distancia de Alfredo Barrenechea, el cabeza de la fórmula presidencial en la que ella fue la número dos quien iba a concentraciones con militares para pedir una junta cívico-militar, y nunca ha cuestionado a los grupos paramilitares (como La Resistencia) que atacaron al expresidente Sagasti y a muchos más. Ella, encima, quiere imponer un paquete antilaboral para eliminar gratificaciones y otros beneficios.
Mientras tanto, en el pueblo viene creciendo el clamor por el cierre de un Congreso que en 100 días no ha dado ninguna ley favorable a los más humildes, y por una nueva Asamblea Constituyente, una de las demandas fundamentales por las que cayeron varios de estos jóvenes.
Hoy sigue pendiente la lucha por justicia, contra la impunidad y por la reparación para los afectados. Y justo en el día que se cumple ese aniversario se presenta un nuevo proyecto de vacancia presidencial.
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