La pandemia ha cambiado nuestra forma de trabajar. Muchas organizaciones ya estaban familiarizadas con el trabajo híbrido, pero para otras ha supuesto un cambio radical en la forma de trabajar. Las organizaciones se han dado cuenta de que el espacio de trabajo puede convertirse en una infraestructura que fomente una cultura híbrida resiliente, proporcionando espacios que no solo promuevan una mayor colaboración entre los trabajadores presenciales y los remotos, sino que también contribuyan a crear un sentido de pertenencia y conexión con los equipos y la organización, independientemente de su ubicación.
Sin duda, esta combinación de interacciones online y presenciales supone tener que pensar en las necesidades de las personas a medida que adoptan una nueva forma de trabajar, y en cómo deben cambiar los espacios de trabajo y la tecnología para ayudarles a hacerlo con éxito.
Así, Steelcase, consultoría estratégica de espacio de trabajo, señala cinco necesidadesque las personas requieren para que el trabajo híbrido funcione.
1. Seguridad: La seguridad física sigue siendo fundamental. Los trabajadores deben sentir que su organización está haciendo todo lo posible para proteger su salud y evitar los contagios. En este sentido, la calidad del aire es un aspecto que preocupa especialmente a las personas. De hecho, un 62 % de los participantes en un reciente estudio de McKinsey aseguró que la mejora de la filtración del aire podría disminuir la ansiedad que les produce volver a su lugar de trabajo. Por otro lado, la seguridad psicológica es cada vez más importante en una época en la que el trabajo está cambiando. Los trabajadores deben saber que está bien hablar, compartir ideas, hacer preguntas y cometer errores durante este proceso de transición, sin importar dónde trabajen y sin que haya consecuencias negativas.
2. Interconexión: En una época en la que las personas trabajan desde distintos lugares, necesitan que su espacio de trabajo les ayude a crear una comunidad que fomente la cooperación y la cohesión del equipo. Las comunidades sólidas tienen un sentido de propósito compartido, así como un liderazgo compartido. Las comunidades con altos niveles de confianza y compromiso permiten a los trabajadores aprender, adaptarse y demostrar su capacidad de recuperación ante las circunstancias en constante cambio.
3. Productividad: El trabajo híbrido requiere nuevos espacios y tecnologías para mejorar la eficiencia de los trabajadores. Las personas necesitan espacios para realizar videollamadas individuales o en pequeños grupos, ya sea en lugares cerrados o mediante una mayor privacidad acústica en su mesa. Los grupos necesitan espacios que apoyen por igual a los participantes que están en la oficina y a los que están a distancia, donde todos puedan ver y ser vistos, oír y ser escuchados. Por ello, es necesario diseñar estos espacios para que mejoren la presencia virtual mediante elementos como las cámaras, la acústica, los contenidos y la iluminación.
4. Bienestar: La comodidad física es fundamental para los trabajadores híbridos, especialmente si pasan mucho tiempo haciendo videollamadas. El bienestar de los trabajadores se ha resentido, y necesitan lugares y experiencias que les ayuden a relajarse y reponer fuerzas a lo largo del día. También tienen que sentirse cómodos respecto a cómo está cambiando el trabajo, y cómo utilizar los nuevos tipos de espacios y las nuevas tecnologías para colaborar en equipos híbridos.
5. Control: Tras una crisis que ha cambiado la forma de trabajar, los trabajadores quieren una mayor certidumbre. Desean tener más opciones y control sobre aspectos como dónde trabajan dentro de la oficina, cuándo trabajan en la oficina o en casa o cómo trabajan, solos o con sus compañeros
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