“Tenemos que poner todos los esfuerzos en mejorar el infradiagnóstico para intervenir de forma temprana y ayudar así cambiar el curso natural de la enfermedad”, así lo ha manifestado el Dr. Juan Antonio Riesco, del Servicio de Neumología del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres en el marco de la sesión ‘Aires de debate’, llevada a cabo en el Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y que cuenta con la colaboración de AstraZeneca. En ella se resaltó la importancia del diagnóstico precoz y la intervención temprana, ya que esta mejora la calidad de vida y la supervivencia del paciente.
La EPOC es una enfermedad crónica, pero su diagnóstico, intervención y tratamiento tempranos son importantes para frenar el empeoramiento de los síntomas y reducir el riesgo de que se produzcan exacerbaciones. Con un infradiagnóstico del 74,7%, la EPOC se enfrenta, además, a un alto desconocimiento por parte de la población. Los pacientes suelen experimentar episodios de agudización de la enfermedad, denominadas exacerbaciones, de 1 a 4 veces por año; en algunos casos es necesario el ingreso hospitalario del paciente. La mejor manera de combatirlas es no fumar, tener precaución con la contaminación atmosférica y vigilar las infecciones de tráquea y bronquios, puesto que representan entre el 50 y el 70% de las causas de las exacerbaciones. Además, la realización de ejercicio físico se asocia con un menor número y gravedad de las exacerbaciones y con un menor número de hospitalizaciones.
“La prevalencia de la enfermedad no disminuye. Sin embargo, ha aumentado la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes. Esto es debido a la introducción de nuevas estrategias terapéuticas que están cambiando el curso evolutivo de la enfermedad acompañado de intervenciones no farmacológicas como son educación sanitaria, promover la actividad física y la educación saludable”, recalca.
Aunque la EPOC está muy relacionada con el envejecimiento, es importante no pasar por alto la aparición de sus síntomas. En concreto, los profesionales recalcaron la importancia de consultar con el médico de atención primaria en el caso de tos frecuente, catarros de repetición y/o disnea (dificultad en la respiración), sobre todo si se es fumador. En las primeras etapas de la enfermedad puede parecer que los síntomas no tienen importancia; sin embargo, la disnea sí que es un síntoma indicativo de la EPOC y el que mayor pérdida de calidad de vida produce, ya que con el tiempo se vuelve persistente, va limitando las actividades cotidianas y empeora con el ejercicio físico.
Como los pacientes se van adaptando a estas limitaciones, normalmente se suele acudir a la consulta cuando la enfermedad ya está muy avanzada. Por tanto, los profesionales advirtieron de que, ante los primeros síntomas de falta de aire y dificultad al respirar, se acuda al especialista. “La EPOC es una patología que se encuentra siempre sometida a debate por varias circunstancias, En primer lugar, porque es una enfermedad altamente prevalente. A pesar de todos los esfuerzos que estamos haciendo, no acaba de disminuir su prevalencia y, sobre todo, el dato que nos preocupa es la tasa de infradiagnóstico”, señala el Dr. Riesco.
Además, el impacto de enfermedad cardiovascular en enfermos con EPOC es muy alto. “La exacerbación es el acontecimiento más importante que cambia el pronóstico, la supervivencia y la calidad de vida”, advierte. Por ello, durante el debate se han analizado las equivalencias entre la enfermedad pulmonar y las patologías cardiovasculares, como el Síndrome Coronario Agudo, a las que las une factores de riesgo comunes. “La visión transversal de la EPOC con especialistas cardiovasculares puede ser muy interesante”, señala.
En este sentido, el Dr. Riesco apunta: “Hoy en día estamos valorando nuevas estrategias que, por una parte, pueden ayudar al paciente a estar mejor controlado y, por otro lado, ayuden a cambiar la historia natural de la enfermedad y, sobre todo, puedan reducir las exacerbaciones”.
La EPOC, una patología desconocida por la sociedad
El tabaco es el principal factor de riesgo de sufrir la EPOC, aunque existen otras causas9 que también pueden producir el desarrollo de la enfermedad como son la contaminación ambiental, diferentes episodios en la vida fetal y durante los primeros años de vida, como el retraso del crecimiento intrauterino, la prematuridad y las infecciones respiratorias frecuentes o graves en la infancia, entre otros.
Estos tres aspectos principales analizados en el debate, esto es, el control del paciente, la posibilidad de modificar el curso de la enfermedad y las posibles equivalencias entre el Síndrome de Agudización de la EPOC y el Síndrome Coronario Agudo, han sido también recogidos en la nueva Guía Española de la EPOC, publicada recientemente. Esta actualización de la Guía recoge, entre otras temáticas, la importancia del control clínico de la patología, reflejar el Síndrome de agudización de la EPOC por su importancia y abordar las nuevas estrategias terapéuticas.
“Otra cuestión por la que la enfermedad se encuentra siempre sometida a debate es cómo evaluar si un paciente está o no controlado. Es decir, la EPOC es una enfermedad crónica y el tema de los síntomas persistentes nos hace pensar si nuestro paciente se encuentra o no bajo control”, manifiesta.
En este sentido, el papel de los pacientes en el control de la enfermedad y la importancia de la educación sanitaria es también esencial. “Un incremento de la actividad física y la apuesta por una dieta saludable puede contribuir en el aumento de la supervivencia y en la mejora de la calidad de vida de los pacientes”, alerta el especialista.
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