Comenzó la semana con la noticia del fallecimiento de la actriz Verónica Forqué, una veterana actriz del cine y la televisión de nuestro país y que, a lo largo del último año, se había adentrado en nuestros hogares por su presencia en el programa Master Chef. Apenas hayamos prestado atención a su recorrido por el concurso, habremos podido observar que la apreciada actriz no se encontraba en su mejor momento emocional. Ahora todo el mundo critica la actitud de los demás, pero los únicos que podían haber notado lo peligroso de su situación eran los que convivían con ella a diario. Todos tenemos personas que sufren a nuestro alrededor. Lo más socorrido es apelar a la libertad de los demás y terminar diciendo “ese es su problema”. La depresión se manifiesta a simple vista. La pérdida de horizontes vitales se descubre apenas se profundiza levemente en los mismos. El teléfono de la Esperanza acusa un hervidero de llamadas en las que se habla de soledad y de falta de ganas de vivir. Por eso ha recurrido a poner en marcha un teléfono especializado en la atención al suicidio que se encuentra operativo las 24 horas de cada uno de los días del año. Se trata del 717003717. No duden en consultarle ante cualquier problema de este tipo. La presencia cercana de este teléfono es una buena noticia.
Por otra parte el maldito Covid se ha vuelto a disparar. Los contagios se están multiplicando de una forma exponencial. Las noticias de cada día multiplican los casos de afectados, aunque tenemos la certeza de que la gravedad de los síntomas que presentan los contaminados ha disminuido de una forma considerable. Tan solo hay que ver las estadísticas de los fallecidos e internados en las UCIS; apenas experimentan cambios notables. Gracias a Dios, y esa es otra buena noticia, la sensatez de los españoles y la dedicación sanitaria han conseguido obtener un nivel de vacunación extraordinario. Aun siguen quedando recalcitrantes que niegan las bondades de la vacuna y su extraordinario resultado. Siguen pululando los descerebrados que no usan la mascarilla o se meten en encuentros tumultuarios que acaban con contagios colectivos que retrasan la erradicación definitiva de la pandemia. Por otra parte, “siempre que ha llovío, ha escampío”. El volcán de la isla de la Palma ha cesado de lanzar “rayos y truenos”, fuego y lava. Ahora solo queda que poner en marcha el apoyo de todos los españoles para que recuperen, en lo posible, la normalidad. Otra buena noticia. Tenemos por delante la mejor buena noticia de siempre. Esta semana vamos a conmemorar el Nacimiento de Jesús de Nazaret y su presencia entre nosotros. Una oportunidad para amar a nuestros semejantes. Especialmente al prójimo (próximo) ese que se desenvuelve en nuestro metro cuadrado de influencia. Que el niño Dios nos ilumine para que llenemos la vida de buenas noticias. Que vuelva la sonrisa a todos nuestros rostros. Muchas felicidades.
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