El problema de volar por encima del bien y del mal es que cuando uno quiere aterrizar no encuentra pista. La indiferencia es el único paraje posible para el aterrizaje de la soberbia, con carácter de “illuminati”. El hombre, intelectual y con libertad de elección o decisión, sabe de su “pequeñez” en el entramado del inmenso universo desconocido que nos acoge. Cuando esto se desconoce o no se quiere admitir, la “querencia” humana tiende a refugiarse en el “YO” como ser superior” o en el “NOSOTROS”como grupo illuminati”. Los años corren deprisa, dibujando todo tipo de organigramas con carácter finalista,pero la realidad cuadricula todo proyecto, sujeto siempre a la limitación de la carne y su esqueleto. Al final, el propio devenir de la historia borrará aquello que no haya dejado ILUSIÓN, ESPERANZA, PROGRESO HUMANITARIO… todo lo demás se irá diluyendo y quedará escrito en la cercanía de cada uno, pero nunca será asignatura de referencia.
Al final, quizás, es verdad, la INDIFERENCIA AGNÓSTICA predicará NEGACIONISMO, al mismo tiempo que el HUMANISMO CREYENTE seguirá dispensando FE.
Al final, quizás, también, el HOMBRE POLITIZADO construirá muchos Caballos de Troya con el único propósito de seguir engañando, pensando que cierta eternindad terrenal.
Al final, sin duda, el MIEDO rodeará la SOBERBIA ENRIQUECIDA…, la ANGUSTIA ahogará la PREPOTENCIA…, la SOLEDAD borrará la memoria…, y el DOLOR, acompañado de lágrimas, CERRARÁ LOS OJOS.
Una mano, apagada de calor, acariciará el adiós…, con afecto y serenidad si tiene ESPERANZA…, con firmeza indiferente si muere una cosa “simplemente humana”. Todo cierre anual abre otro ciclo… YO, TÚ y ÉL pueden, si quieren, ser NOSOTROS, VOSOTROS y ELLOS… y si no… (¿?)
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