Quienes gustamos del deporte en general y del balompié (o fútbol) en particular, no podemos estar satisfechos con la deriva que está tomando su práctica. Ni con la permisividad de muchos árbitros, ni del propio VAR.
Vayamos por partes: La práctica del balompié en España y, por lo que vemos, en otros países, se hace cada vez más agresiva al producirse más agarrones, empujones, entradas alevosas, codazos y zancadillas que hacen que el juego se endurezca y haya menos respeto para el contrario. Se ha convertido, en fin, en una fea lucha, a la que contribuyen la mayoría de los árbitros al no aplicar el Reglamento correctamente.
Si analizamos su Regla 12 (Faltas y conducta incorrecta), observamos que bajo este epígrafe se anotan las siguientes situaciones: Dar o intentar dar una patada a un adversario. Poner una zancadilla a un contrario. Saltar sobre un adversario. Cargar violenta o peligrosamente sobre un adversario. Golpear o intentar golpear a un adversario. Empujar a un adversario. Hacer una entrada a un adversario para ganar la posesión del balón,si le toca a él antes que al balón, Tocar el balón deliberadamente con las manos (salvo el portero en la su área de penalti). Sujetar a un contrario. Escupir a un adversario.
Pues bien, hoy por hoy se permiten muchas de esas faltas, supuestamente, para no interrumpir el juego, porque los árbitros abusan de la llamada “ley de la ventaja” que solo está pensada para casos excepcionales y muy claros. Este abuso arbitral suele ocasionar muchos inconvenientes.
Por ejemplo: Si un jugador ha sido objeto de falta y sale desequilibradode la misma habiendo aplicadoel árbitro esta polémica norma, se crea una situación injusta. Porque la “supuesta ventaja” se convierte en desventaja porque eljugador que la ha sufrido no está en las condiciones necesarias para seguir la jugada, mientras el contrario ha ganado tiempo y posición. El balompié es un bello deporte de contacto, pero no de violencia, como las patadas alevosas, cargas, golpes, codazosy empujones. Si sigue por el camino que va perderá su belleza y … algo más.
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