Cuenta una antigua leyenda que el gigante Tozal de Guara tenía tres hijos: Cabezo de Guara, Fragineto y Borón. Aunque de palabra el padre decía que los quería a los tres hijos por igual, no podía evitar que sus hechos desvelaran los secretos de su corazón: amaba más Cabezo de Guara por ser el primogénito. Como Tozal de Guara había sido muy trabajador durante toda su vida, había conseguido acumular grandes riquezas. Pero, tenía algo que superaba con creces el valor de todo lo demás: un anillo de bondad. Este anillo le daba a su portador el poder de trasmutar el mal por el bien.
Como solo tenía uno, para que los hijos no se mataran entre sí, hizo dos copias y cuando llegó el día de su partida, los mezcló y los repartió entre sus hijos sin que nadie supiera cuál de ellos era el verdadero. Pasó el tiempo y los hijos se preguntaban cuál sería el anillo mágico. Así que acudieron a un sabio para que les dijera cuál de los tres anillos era el auténtico.
Después de plantearle el problema y darle un tiempo para meditar, el anciano dijo lo siguiente:” El anillo verdadero será aquel que su portador hubiese dado más felicidad a sus semejantes”. Entonces, Cabezo de Guara, Fragineto y Borón se pusieron a repasar sus obras y los tres llegaron a la conclusión de que el anillo verdadero era el que tenían en sus manos. De este modo, papá Tozal de Guara, consiguió hacer de sus tres hijos los gigantes más bondadosos, más generoso y más felices de toda la Sierra y Cañones de Guara...
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