Roma o Bogotá. ¿A cuál de esos lugares iré a vivir?, lo que mande Dios, que nada mejor voy a encontrar que Roma de Italia o Bogotá en Colombia, en zona de pobres para que no me encuentren y todo se convertirá en "victoria" para esta dulce señora que quiere ser llamada "dama".
Perder la cabeza, perder el humor, no sentir las piernas, correr el sudor, perder la razón y andando por el mundo con una botella de ron, dejo por herencia mi preocupación, mis sueños profundos que no encontraron su sol, contando estas historias que debo contar, jamás llegarán a nada, todos las olvidarán, pero aquí están, como ha mandado el jefe mayor, el de color celeste que vive entre hermosas nubes de algodón, suaves y armoniosas que dibujan en el cielo los rostros de los muertos que nos son conocidos, de personas y animales.
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