Mientras se desarrolla la crisis en Ucrania y los ojos del mundo están puestos en la difícil situación de los refugiados de ese país, una crisis oculta, está surgiendo de una guerra que ha devastado una nación durante más de una década y que afecta a las mujeres, niños y niñas de los olvidados "campamentos de viudas" de Siria.
Un nuevo informe, Los campos de viudas de Siria: los más difíciles de apoyar, los que más riesgo corren, de la agencia de ayuda internacional World Vision investiga cómo es la vida de decenas de miles de mujeres, niñas y niños que luchan por sobrevivir en los llamados "campos de viudas" del noroeste de Siria. Los niños y niñas necesitan desesperadamente seguridad y protección, ya que sus madres tienen pocos o ningún medio para cuidar de ellos y ellas mismas también sufren traumas y abusos.
El informe titulado Los campos de viudas de Siria: los más difíciles de apoyar, los que más riesgo corren, investiga cómo es la vida en los "campos de viudas", donde mujeres no acompañadas ya sean viudas, solteras, separadas u otras mujeres cuyos maridos han desaparecido, viven con sus hijos e hijas.
Once años después del comienzo de esta guerra, la crisis humanitaria que se desarrolla tras las puertas blindadas de los campos es peor que nunca. La abrumadora mayoría de las mujeres encuestadas (95%) afirman tener sentimientos negativos o estar desesperadas, sin apenas acceso a la ayuda de salud mental. Resulta preocupante que el 88% de las mujeres informen de la falta de servicios esenciales, como atención sanitaria, alojamiento adecuado y protección.
También los niños, muchos de los cuales sufren abusos y abandono, confirman esta crítica falta de apoyo vital, ya que a las agencias de ayuda se les niega el acceso en estos campos. Los niños mayores de 11 años se ven obligados a abandonar los campamentos y a valerse por sí mismos en el exterior. Como resultado, a menudo son reclutados por grupos terroristas porque es su única opción para sobrevivir.
"Cada año somos testigos de lo mismo: la infancia está pagando el precio más alto de esta guerra", dice Eleanor Monbiot, directora regional de World Vision para Oriente Medio y Europa del Este. "Nuestras investigaciones muestran que los niños y niñas están soportando la peor parte de las privaciones económicas y las condiciones de vida de sus madres. Traumatizadas, angustiadas y aisladas, las mujeres son incapaces de cuidar y proteger a sus familias. Los niños y niñas son abandonados y desatendidos, y casi la mitad de las personas con las que hablamos han perdido la esperanza y no tienen aspiraciones para su futuro. Las madres expresan estar en un "punto de ruptura", con alarmantes necesidades de salud mental y sin ingresos para cuidar de sus familias, lo que las lleva a adoptar estrategias de supervivencia perjudiciales para ellas y sus hijos".
Aunque la mayoría de los campos de desplazados ofrecen algún tipo de asistencia humanitaria y se incluyen explícitamente en las operaciones humanitarias, los residentes de estos llamados "campos de viudas" tienen un acceso limitado a la ayuda humanitaria. Los campos están repartidos por todo el noroeste de Siria, donde sigue siendo extremadamente difícil responder a las crecientes necesidades, ya que actualmente sólo queda un punto de acceso para la asistencia humanitaria. Hasta la fecha, ninguna organización humanitaria internacional ha tenido acceso a los “campos de viudas” y sólo unas pocas agencias especializadas en protección o salud mental, entre las que se encuentran algunas organizaciones socias de World Vision, han tenido acceso a un número seleccionado de lugares.
Los “campos de viudas” siguen siendo completa e injustificadamente invisibles en la respuesta humanitaria al conflicto. World Vision hace un llamamiento a la ONU y a los gobiernos donantes para que utilicen su influencia diplomática para abogar por el acceso de los trabajadores humanitarios. "Mientras el mundo tiende la mano, con razón, para apoyar a los refugiados que huyen de Ucrania, instamos a quienes tienen el poder político a que también den prioridad a las vidas de estos niños y niñas sirios. Llevan once años sufriendo la guerra y el desplazamiento, y ellos también merecen seguridad y protección", añade Eleanor.
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