Si bien es cierto que la división de poderes es de primero de Derecho, la verbena montada por Mas a las puertas del TSJC el pasado día 15 de Octubre, no es más que una muestra del nivel de raciocinio de aquellos que se llenan la boca con la palabra "democracia" y esconden sus intereses tras una inmensa estelada.
El circo que montaron los súbditos de Mas a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, fue realmente deplorable. Sin más intereses que coartar la labor de los magistrados, cientos de personas y banderas, se plantaron a lo largo de la Avenida Lluís Companys al grito de "Tots som Mas", "Fora la Justicia Española" e "Independència" entre otros.
Todo estaba preparado para empezar el baño de masas del mártir Mas, pero, como diría el refrán, "Éramos pocos, y parió la abuela". En los escalones del Tribunal, esperaban los más de 400 alcalde secesionistas, alzando su vara, al más puro estilo del film estadounidense "300", en señal de respeto a su líder. Mas, con una pícara sonrisa, encaró la Avenida rodeada de la aún Presidenta del Parlament, Núria de Gispert, y de todos sus consellers. Antes de encarar la entrada al tribunal, Mas, fue recibido por los Mossos en posición de saludo e interrogatorio versallesco, y de un caluroso abrazo de su colega Baños, candidato de las CUP. Entrando y a pocos metros de pasar por debajo de las puertas, empuño la palma de la mano al cielo, escondiendo el dedo pulgar, cual líder ante sus siervos. Todo un espectáculo.
Mas, declaró antes los magistrados del TSJC como imputado por un presunto delito de desobediencia, tras la querella presentada por la Fiscalía General del Estado.
Quizá, tratar de hacer mártir a aquel que se salta las reglas de juego, no es la mejor solución, pero aunque ellos no quieran, la justicia, es igual para todo, seas el Presidente de Catalunya, o un ciudadano de a pie.
Créanme, yo confió en el Estado de Derecho, confío en el Poder Judicial, y aunque muchos la quieran coaccionar y atacar con cánticos, banderas y concentraciones, será la justicia quien tenga, la última palabra.
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