Dicen algunos historiadores que el poder de la Reina en el tablero de ajedrez, proviene de la personalidad de Isabel la Católica, contemporánea a la reglamentación del ajedrez que se practica en el día de hoy. Sin embargo, está por dilucidarse si causas hormonales diferencian al cerebro femenino del masculino en este juego infinito.
Se trata de otro tablero, como en el famoso poema al Ajedrez de Borges, donde hace referencia a Omar Jayam. El Enigma planteado por estos gigantes de la Literatura Universal, que pregunta ¿Dónde la trama empieza? se me apareció en una reciente exhibición de ajedrez.
Naomi Kovacs es la niña prodigio del Ajedrez paraguayo, con un historial de victorias que es una verdadera guerra supremacista femenina entre géneros, comparable a la de "Gambito de Dama" pero paraguaya y real.
Por una casualidad muy casual, desciende de antepasados húngaros y rumanos como las famosas hermanas Polgar. Como a sus parientes lejanas de Europa del Este, derrotar al sexo opuesto para ella es algo habitual. Lo demostró en su visita a la Escalinata Antequera, donde desde lo alto de su pedestal, la Diosa griega Niké le sonrió sin excepción ante todos sus rivales masculinos.
Como en el caso de las Polgar, también son habituales los pretextos de sus antagonistas masculinos vencidos, que justifican su derrota con excusas como la falta de sueño, cefaleas, dolor de estómago y un largo etcétera.
Naomi aprendió a jugar a los cinco años, a inspiración de su padre, pero fue su madre la que la acompañó a la Escalinata Antequera donde hizo gala de su oficio ajedrecístico. Como las hijas del famoso pedagogo húngaro, Naomi es una habitual ganadora desde que tenía cinco años, y lo ratificó este jueves 28 de abril. "No es la primera vez que juego al aire libre" dijo, con aura de suficiencia, antes de puntualizar que lo había hecho en países como Chile, Perú y varios otros parajes del mundo. Donde derrotó a todos sus rivales hombres, por supuesto.
Como una verdadera Reina, la pieza más poderosa y despiadada del tablero, protectora maternal de su Rey, se detuvo a explicar los errores que cometió en el tablero a su rival, Mauricio, que había ganado varias partidas antes de tener enfrente a la arrolladora Naomi.
Como lo expresó un célebre filósofo contemporáneo, puede aceptarse que existe una guerra entre ambos sexos, pero no es necesario tomar prisioneros. Lo demostró Naomi, cuando antes del juego prometió a su rival ser suave, para darle ánimo. LAW
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