Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente este 5 de junio, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) insta a las autoridades para que se apruebe la legislación que prohíba fumar en espacios públicos abiertos, como terrazas y playas. Estas últimas son áreas muy sensibles, no solo para los fumadores pasivos: un altísimo porcentaje de las colillas de los cigarros —las cuales contienen 7.000 elementos tóxicos, tan nocivos como el arsénico o el plomo— son desechadas en el medio ambiente.
Normalmente, las colillas son trasladadas de una u otra forma al medio acuático, donde se degradan en microfibras, que son ingeridas por toda clase de animales marinos, llegando incluso a nuestros alimentos. Asimismo, los residuos tanto de las colillas como de los productos de vapeo no pueden ser eliminados en su totalidad, incluso tras el tratamiento de las aguas residuales.
«La exposición al humo del tabaco, también de segunda y tercera mano, es decir, en los fumadores pasivos, se asocia a una mayor predisposición de enfermedades cardiorrespiratorias crónicas, cáncer de pulmón, mayor riesgo de agudizaciones y peor pronóstico», precisa la Dra. Cristina Martínez, neumóloga y coordinadora del área de medio ambiente de SEPAR. «Además, insiste este especialista, no podemos olvidar que de acuerdo con estudios internacionales, en el mundo se arrojan al medio ambiente 143.000 colillas por segundo. De hecho, las colillas son el 40% de los residuos del Mar Mediterráneo y requieren de aproximadamente 12 años para degradarse».
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