Recuerdo las primeras normas de conducción que, allá por los años 60, procuraban enseñar a los alumnos:
Primera: el coche tiene tres ojos, los retrovisores. Deben estar siempre limpios y equilibrados. Segunda: Ante un cruce o rotonda, toda duda o equivocación se resuelve manteniendo la misma dirección. Se debe evitar toda maniobra brusca. Tercera: en TRÁFICO no existe la CORTESÍA. Siempre se debe anteponer la NORMA.
Recuerdo, igualmente, que pasados unos años asistí a un ciclo de conferencias o seminarios de política y gobernanza. Es curioso que, “mutatis mutandis”, aquellas normas para la conducción se aplicaban para un buen gobierno y una buena convivencia.
Primera: Conocer la Historia de manera objetiva es la mejor forma para VER y SABER CONDUCCIR LAS NUEVAS SOCIEDADES. Segunda:HAY QUE EVITAR los vaivenes y maniobras políticas improvisadas, sin la seguridad que da el compartir las ideas con los demás. Tercera: en POLÍTICA no existen los INTERESES PRIVADOS O DE PARTIDO. Siempre deben ANTEPONERSE LAS LEYES y NORMAS DEL ESTADO.
Resumiendo: La HISTORIA, como suma de realidades sociales de siglos pasados, ENSEÑA. El CONOCIMIENTO y EXPERIENCIA de los gobernantes, trae PRUDENCIA. La JUSTICIA respeta los DERECHOS DE TODOS, sin SERVIDUMBRES.
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