El 1 de julio de 1961 nacía en Sandringham (Norfolk, Inglaterra) Diana Frances Spencer, más conocida como Lady Di. Activista, filántropa, aristócrata británica e icono de estilo, podríamos decir que Diana de Gales fue la primera gran influencer de la historia contemporánea.
La princesa del pueblo conquistó nuestros corazones gracias a su cercanía, su altruismo y su empoderamiento, despertando el cariño y la admiración internacional. Hoy, con motivo del que sería su 61 cumpleaños, recordamospor qué Lady Diana es, y siempre será, la definición personificada de la palabra icono.Un icono inmortal que encontró en la moda la compañera perfecta para construir su personalidad, transmitir sus valores y servir a las causas humanitariasque tanto la importaban.
La moda como herramienta social y de empoderamiento. Así la uso Diana
Como decía Tom Ford "Diana poseía algo más que estilo. Poseía una fuerza interna que la hacía brillar”. Una cualidad que, como afirmaba el maestro, “transcendía a la moda”. Esa fuerza interna de la que habla Ford fue la que llevó a la gran princesa del siglo XX a utilizar la moda para rebelarse y convertirse en la persona que ella quería ser y no en la que la realeza británica deseaba que fuese.
Diana se valió de la moda para tomar las riendas de su vida, reivindicando su poder interior a través de cada vestido, sombrero o peinado. Su capacidad para contar su historia, reinventarse y reflejar su personalidad a través de las prendas, la convierte en uno de los grandes referentes de estilo contemporáneos.
Los atuendos de Diana de Gales han sido y continúan siendo mundialmente admirados e imitados. Desde su vestido de novia de inspiración victoriana con cola kilométrica hasta el famoso "vestido de la venganza”, el armario de la historia de la princesa de Gales está repleto de prendas icónicas que marcaron los momentos más importantes de su vida y reflejaron su evolución como mujer.
La princesa llegó incluso a dar su nombre a un bolso: el famoso Lady Dior. Un modelo anteriormente conocido como “Chouchou” que la maison decidió rebautizar en 1996, después de que, un año antes, Lady Di lo hubiera lucido en la inauguración de la Fundación para la Educación Conductiva para discapacitados de Birmingham. Las fotografías de Diana con aquel bolso dieron la vuelta al mundo, convirtiendo al complemento en un objeto de deseo mundial.
La influencia de Diana en la moda es tal que, incluso 25 años después de su fallecimiento, continúan siendo tendencia las mismas prendas que ella solía lucir y, de hecho, de la misma forma que ella solía hacerlo. Sin ir más lejos, las famosas mallas ciclistas que conquistaron a celebrities como Kim Kardashian o Hailey Bieber hace un par de años ya las llevaba Lady Di allá por 1995. Lo mismo sucede con los famosos mom jeans, un must desde hace varias temporadas que la princesa ya adoraba en la década de los noventa.
"Hay que dejarse guiar por el corazón, no solo por la cabeza...” La vocación humanitaria de Lady Di
No obstante, lo que convierte a Lady Di en un personaje icónico, va más allá de su capacidad para crear tendencia. Su fortaleza y rebeldía combinada con su sensibilidad y solidaridad, la hacen también un icono social. La princesa destacaba por su valentía y determinación a la hora de involucrarse y enfrentarse a los problemas políticos, y su noble corazón, siempre centrado en las causas de los más necesitados. Diana logró educar a la sociedad en la empatía, la comprensión y el amor; y para ello, también se sirvió de la moda.
La princesa fue la primera figura de alto perfil no político en dedicar su vida al altruismo. "Ayudar a los más necesitados es una parte esencial de mi vida, una especie de destino". Así definía su vocación humanitaria. Vocación que, entre otras hazañas, le llevó a cambiar la percepción del mundo sobre el VIH en 1987, gracias a un gesto tan simple como dar la mano. En un momento en el que los enfermos de Sida eran repudiados, Diana decidió, ante la sorpresa de la sociedad de la época, abrazar y estrechar la mano a todos los pacientes de Sida del Hospital Middlesex de Londres. Como ella decía “los abrazos pueden hacer mucho bien, especialmente a los niños”, y fue precisamente por medio de esos abrazos que Lady Di consiguió derribar, con un acto espontáneo de afecto, el estigma del VIH.
Precisamente como parte de su compromiso con aquellos que luchan contra enfermedades, Diana celebró en 1997, en Nueva York, una subasta en la que puso a la venta las prendas que había usado en distintos compromisos oficiales, con el objetivo de recaudar fondos para instituciones de lucha contra el VIH y el cáncer. Su icónico estilo y glamourllevaron a Lady Di a recaudar hasta 3,25 millones de dólares. Y eso es lo que hace que su relación con la moda sea única y admirable. Su capacidad para darle un significado más allá del estético. Su don para emplearla como vía para transmitir sus valores, emocionar y llegar al alma de la gente.
Diana dijo una vez: “Nunca me consideré a mí misma como la reina de mi país. Me gustaría ser la reina en el corazón del pueblo”. Podemos confirmar que cumplió su objetivo, pues 61 años después de su nacimiento y 25 desde su defunción, continúa ganando admiradores y trascendiendo generaciones.Y es que Lady Di es y siempre será, la princesa del pueblo, un icono para la eternidad.
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