Tras la esperada sentencia condenatoria del Supremo sobre el inmenso fraude del PSOE andaluz, he tenido diferentes sensaciones. La primera, de estupor pensando en los 13 años transcurridos en los tribunales. La segunda, de sorpresa sobre la exquisitez de casi todos los medios en general y particularísimamente los de izquierdas en el tratamiento de la noticia. ¿Recuerdan las 169 portadas que el diario El País publicó sobre la corrupción de Camps (3 trajes) que además se había pagado él, según el juicio? ¿Cuántas portadas publicó -y en qué sentido- hizo sobre los ERE?. Y, la tercera, sobre los comentarios de los componentes del gobierno y de los partidos que lo forman.
Esa sensación es de absoluto desprecio y repugnancia por la indigencia moral que demuestran y la falta de respeto a la justicia y a la democracia. Jamás habrá un ejecutivo más falsario que el que padecemos, aunque espero que será por poco tiempo.
¿Recuerdan lo del Prestige? ¿Y el caso Bárcenas? Eso sí que fue fuerte y condenable, según la izquierda. Pero, ya ven: 680 millones “distraídos” (y lo que queda por juzgar) lo fueron -según ellos- para favorecer a los andaluces. ¿Para cuándo la creación de la “medalla del sacrificio por los demás,” para Chaves, Griñán y demás condenados? ¿Y los indultos? Ahora en serio: ¿Hay motivos para que el gobierno dimita en pleno?¿Y los hay también para que desaparezca este PSOE y venga uno regenerado?
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