Al ver las imágenes de la familia real durante la celebración litúrgica de la ofrenda nacional al Apóstol Santiago de este año, me he acordado de estas palabras del papa Francisco: «¿Vosotros habéis visto cómo se hacen los niños la señal de la cruz? No saben qué hacen: a veces hacen un gesto, que no es el gesto de la señal de la cruz. Por favor, mamá y papá, abuelos, enseñad a los niños desde el principio –de pequeños- a hacer bien la señal de la cruz».
Uno de los refranes que se relaciona directamente con el protocolo social es «Donde fueres, haz lo que vieres». Es decir, donde vayas adáptate a sus costumbres por educación y esto implica observación y respeto.
Si una persona, que no es creyente o lo espero no es practicante, asiste a un acto religioso por algún compromiso social debe ajustarse al comportamiento que se aplica en esa determinada celebración. Si toca levantarse del asiento, uno se levanta; si toca arrodillarse, uno se arrodilla; o si toca santiguarse, uno se santigua. Pero no de cualquier manera, debemos realizar la señal de la cruz como es debido, por respeto.
En referencia a esto, la Comisión Episcopal Española de la Liturgia en el año 1970 emitió un comunicado, aún vigente, en el que se indicaba que las autoridades civiles presentes en actos religiosos «deben respetar las leyes relativas a la participación activa durante la celebración litúrgica».
Y si desconoces esas leyes que se aplican al acto que vas a asistir, debes tener el interés de conocerlas y aprenderlas por respeto y educación. Y si no te apetece realizar el esfuerzo, pues no vayas.
Esta forma de comportarse y de actuar no debe aplicarse solamente a los actos religiosos, sino a cualquier evento que asistamos. Por ejemplo, si presenciamos la interpretación del himno nacional debemos adoptar la posición correcta de respeto al mismo.
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