Caractitud es una palabra compuesta ideada por Salvador Calva Morales para fusionar lo que engloban el carácter y la actitud como piezas claves de liderazgo, y fórmula de transición de las personas durante días de cambio en etapas históricas como la que estamos viviendo.
Con este brillante aporte, que hurga en el sentido etimológico y profundo de ambos conceptos, Calva Morales evidencia algunas de las bases conceptuales que son necesarias para trascender a los clichés motivacionales sintetizados en expresiones evidentemente huecas.
Carácter como algo que emerge de la médula de nuestro ser, de lo que nos constituye como seres que aspiran a la consciencia en este plano existencial y actitud como una elección que conforma nuestro camino de vida.
De ninguna manera debe entenderse al carácter como el humor o “genio” de las personas, ni a la actitud con postura y estado temporal del ánimo.
No, el carácter y la actitud vistos desde la raíz, como lo intenta hacer Salvador, orilla a reflexionar profundamente sobre otros conceptos que son tomados con ligereza.
Construir caractitud es una propuesta seria, quizá refrescada de otros intentos por hacernos ver que hay mucho fondo en lo que se trata como mercancía por algunos conferencistas, motivadores, coachs y escritores.
Caractitud, carácter y actitud en tiempos de cambio, es el título de uno de los más recientes libros de Salvador Calva Morales, con autorización de él, les comparto las siguientes líneas que a manera de prólogo escribí: Quien se disponga a adentrarse en las veredas y autopistas de este libro, debe tener presente aquella máxima de Heráclito, el sabio presocrático nacido quinientos años antes de Cristo, que reza: “Lo único que no cambia es el cambio”. Máxima del cambio permanente que fue explicada con otra sentencia: “nadie puede bañarse en el mismo río dos veces”.
En efecto, nada es exactamente igual a lo que fue ni a lo que será; entre cada intervalo hay situaciones, condiciones, circunstancias, elecciones y omisiones que mudan las cosas de un estado a otro.
Aunado a que todo cambia, siempre hay que considerar que todo está conectado con todo. Por muy pequeña o invisible que sea la interconexión no deja de haber eso que llamó David Bohm: orden implicado.
A los sustentos teóricos del cambio permanente y la interconexión total hay que agregar la carga histórica de ciertos lapsos en el acontecer en sus múltiples dimensiones. Indudablemente transitamos momentos decisivos que marcarán la orientación de las próximas décadas, esto fue magistralmente expuesto por el mismo Salvador Calva en su reciente libro Transpandemia.
La pandemia del COVID-19 es el acontecimiento que ha puesto esa sustancia adicional al presente. Quienes desde el futuro vean nuestro presente, indudablemente tomarán la enfermedad epidémica como referente, para dimensionar las afectaciones y la forma en que actuaron quienes la vivieron antes, durante y después de los días aciagos.
Es en esa historicidad enmarcada por los referentes teóricos inicialmente expuestos los que dan realce al libro que usted tiene en sus manos.
Caractitud –vocablo ideado por Salvador Calva para fusionar carácter y actitud– es una propuesta y apuesta desde el humanismo, específicamente desde el poder expansivo de la educación. Al leer el libro queda claro que se requiere carácter en su sentido profundo (nacido en la médula) y etimológico (de etymos que significa verdadero), es decir, la impronta acuñada que nos hace diferentes; carácter (del griego χαρακτήρ, kharaktér, marca, señal impresa, y de χαράςςω, kharasso, acuñar, grabar).
Encarando lo que nos hace ser, y asumirnos únicos, es lo que genera la revuelta de eso que somos frente al tratamiento que nos damos y recibimos cual ovejas de rebaño. El carácter nos anima a ir por lo inalcanzable, lo utópico, lo ético, pese a los miles de obstáculos y la derrota aparentemente anticipada. Actitud es lo que hace viable la visión liberadora del carácter. Dicho de otra manera, el carácter es la fuente, el manantial de la que proviene el convencimiento por el bien, pero es la actitud lo que hace operable los sueños y la visión.
El libro tiene una enorme virtud, con una habilidad extrema, el autor borda entremezclando ciencia y arte para dar como resultado un entramado que evidencia la viabilidad del cambio para bien, dentro de la turbulenta esencia del cambio. Por si hubiera duda, veamos lo que Calva Morales sostiene a manera de tesis en el artículo Caractitud: No elegimos cómo venir al mundo, y si lo hicimos, quizás ya no recordamos porqué; pero lo que sí depende de nosotros es cómo aprendemos a manejar nuestro carácter, y qué actitud tomamos ante las adversidades.
Es en esos detalles sutiles en los cuales se genera la irrenunciabilidad de la toma de consciencia sobre la Caractitud, Salvador Calva lo dice así: La caractitud, amigos míos, es responsabilidad nuestra, esa sí está en nuestras manos y es clave para los resultados futuros.
En fin, Caractitudes un libro con una enorme dosis de provocación y la afabilidad de textos breves y profundos que pueden leerse sin la reticencia de la pretensión encumbrada que suele hallarse en quienes buscan trascender a través de la educación y las letras.
Hasta aquí la reproducción del texto.
En efecto, es oportuno, muy oportuno, hablar de carácter y actitud en tiempos transpandémicos.
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