Pablo Palacios es economista y artista plástico, nació el 20 de diciembre de 1996 en la ciudad de Matagalpa, Nicaragua. Desde niño adquirió el amor por el dibujo y la pintura, sentimiento que trata de plasmar en sus obras.
"Desde niño me encantó dibujar, pensaba que si aprendìa a dibujar bien mi vida iba a estar màs completa. En primaria tenìa una maestra que me ponìa a dibujar mucho. Pero lo tomé en serio a los 12 años, y desde entonces he tratado de no detenerme aprendiendo por mi mismo a travès de la observaciòn, la pràctica y la constacia", - Expresa con gratitud tras recordar su infancia.
Disfruta llevar lo que piensa y vive al lienzo para que su obra cuente a través de las pinceladas una historia. Es experto en varias técnicas, pero se enfoca en el oleo por su versatilidad. El expresionismo y el surrealismo son dos de las corrientes que lo han inspirado. El expresionismo es un movimiento artístico que fue creado en Alemania a inicios del siglo XX. Busca la expresión de los sentimientos y las emociones del autor más que la representación de la realidad objetiva. Utiliza los colores de forma excesiva para lograr un carácter simbólico en la obra.
El surrealismo o superrealismo se creó en Europa tras la segunda guerra mundial. Intenta la trascendencia de lo real a partir de los sueños y el subconsciente lo imaginario y lo irracional a través de la creación. Exploró el mundo de los sueños y el subconsciente através de la creación.
Estos movimientos se aplicaron en la pintura, la fotografía, la arquitectura, la poesía de una forma independiente. Lo interesante es que Palacios más allá de encontrarse con cada una de estas formas de crear ha encontrado la manera de unificar los siglos, los pensamientos mediante el expresionismo y el surrealismo en una sola obra, lo cual le resulta fantástico.
Para Pablo, pintar la figura humana, los rostros, animales y bodegones es magia. Su inspiración nació como una necesidad, o la misma limpia provocación de querer transmitir un mensaje a los espectadores relacionado al tiempo, a la vida, a la belleza, a la metafísica. Es un admirador de la naturaleza y de todo aquello que parece insignificante.
Es inspirador ver cómo se plasman nuevas teorías desde la pintura para inspirar a la sociedad a ser mejor, a meterse un momento en el pincel del pintor para intentar descifrar su trabajo, la existencia, la conspiración de la vida en cada obra.
El espejo de la vida en la dimensión del sueño y del subconsciente.
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