La Enfermedad de Alzheimer es la forma más frecuente de demencia (supone al menos el 60% de los casos), así como la principal causa de deterioro cognitivo en el mundo. Mañana, 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial de esta enfermedad neurodegenerativa que, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) afecta a unas 800.000 personas en España.
“El Alzheimer es una enfermedad que se caracteriza por producir de manera gradual y progresiva la pérdida y muerte de neuronas, lo que conduce al deterioro de las funciones cognitivas, alterando la capacidad funcional y produciendo una gran discapacidad y dependencia”, explica el Dr. Juan Fortea, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “Y aunque si bien la evolución de la enfermedad sigue un patrón más o menos predecible, ésta es diferente en cada persona y depende mucho de la edad en la que se manifieste el Alzheimer, así como de la genética, hábitos de vida y de otros muchos factores como la historia clínica de cada paciente”.
Aunque la causa de la enfermedad no se conoce con exactitud, todo apunta a que tenga un origen multifactorial en que el que parece que están implicados diferentes procesos como la acumulación de ciertas proteínas cerebrales, neuroinflamación, inmunidad, cambios vasculares, genética… que predisponen a que ciertas personas la desarrollen. Señalar que, respecto al origen de esta enfermedad, los casos hereditarios son raros y solamente suponen el 1% del total de los casos.
Cad año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de esta enfermedad, de los que más del 90% corresponden a personas de más de 65 años. Y es que las probabilidades de desarrollar esta enfermedad aumentan de forma exponencial con la edad, duplicándose la proporción de personas que padecen esta enfermedad cada 5 años. Así, mientras que el número de nuevos casos diagnosticados de enfermedad de Alzheimer en personas de entre 65 y 70 años es de entre 1 a 3 personas al año por cada 1.000 habitantes, asciende hasta los 14-30 casos por cada 1.000 en personas de entre 80 y 85 años. Esto hace que la enfermedad de Alzheimer ya sea la primera causa de discapacidad entre las personas de edad avanzada en España y que siga en aumento: el progresivo envejecimiento de la población hará que el año 2050 el número de pacientes ascienda hasta los casi dos millones de personas.
“A pesar de que la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer, es importante señalar que esta enfermedad y sus síntomas no forman parte del envejecimiento normal del cerebro. Se tiende a pensar que es normal que una persona, con los años, pierda memoria y capacidades cognitivas. Pero esto es una idea errónea que solo ayuda a que la enfermedad de Alzheimer esté infradiagnosticada. En la SEN estimamos que más del 50% de los casos que aún son leves están aún sin diagnosticar”, señala el Dr. Juan Fortea. “Es por lo tanto importante identificar y diagnosticar de forma precoz a todos los pacientes, porque esto posibilita iniciar terapias farmacológicas y no farmacológicas destinadas a mejorar los síntomas de los pacientes, lo que hace que se pueda aumentar la calidad de vida de los pacientes ciertos años más, y también permite incrementar el número de pacientes que pueden participar en estudios de investigación o ensayos clínicos de nuevos fármacos, algo que es muy necesario”.
Si bien los avances en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer son lentos, ya que desde 2003 aún no se ha aprobado en España ningún nuevo fármaco que permita la mejoría sintomática de la enfermedad, la SEN se muestra esperanzada en que tal vez estemos a las puertas de un cambio de paradigma en el tratamiento de la enfermedad. A finales de 2022 y en 2023 se conocerán los resultados de dos nuevos tratamientos, basados en el uso de anticuerpos monoclonales, que tal vez permitan modificar los procesos fisiopatológicos claves de la enfermedad.
“En todo caso, y a la espera de que la investigación contra esta enfermedad siga avanzando, existen unas series de medidas que podrían reducir notablemente el número de casos de Alzheimer. En este sentido se han identificado varios factores de riesgo modificables que permitirían prevenir al menos un 30% de los casos de demencia en el mundo. Sin embargo, según nuestros estudios, menos de un 50% de la población española conoce cuáles son los factores de riesgo modificables de la enfermedad”, destaca el Dr. Juan Fortea.
Mantenerse intelectualmente activos, fomentar un buen estado de ánimo, conservar el contacto personal con amigos y familiares, abandonar el consumo del alcohol y tabaco, realizar ejercicio físico, tener un peso saludable, seguir una dieta adecuada, controlar la diabetes y la hipertensión arterial, corregir la pérdida de audición o evitar los traumatismos cerebrales y la exposición a la contaminación ambiental son medidas protectoras que pueden retrasar y, por lo tanto, llegar a evitar la aparición de la enfermedad.
“Llevar a cabo estas medidas permitiría reducir notablemente el impacto que esta enfermedad tiene tanto a nivel individual como familiar y social. Estamos hablado de una enfermedad que supone un altísimo coste sociosanitario, ya que se estima que los costes directos anuales por cada paciente rondan los 40.000 euros, y que afecta no solo al paciente, sino a todo el núcleo familiar, por la necesidad de cuidados que requieren las personas con esta enfermedad. No hay que olvidar que en el 80% de los casos el cuidador principal de los pacientes con Alzheimer es un familiar que también necesitará de apoyo médico y social”, concluye el Dr. Juan Fortea.
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