En México, existen más de 21 millones de niños y jóvenes gamers, siendo los videojuegos una de sus principales actividades de ocio. De acuerdo con la edtech Crack The Code, este interés puede enfocarse en el desarrollo de videojuegos para promover un espíritu creador, el desarrollo de habilidades blandas e incluso ser el inicio de una profesión de gran potencial lucrativo.
México es el décimo lugar a nivel mundial dentro del mercado global de videojuegos (Statista Digital Market) y de acuerdo con The Competitive Intelligence Unit, en nuestro país existen más de 72 millones de gamers. La firma NewZoo, especializada en datos de este mercado, estima que para finales de 2022 el 41% de la humanidad serán videojugadores (¡estamos hablando de 3,200 millones de personas alrededor del mundo!) y que esta industria generará ganancias por 196 mil millones de dólares.
Aún con esta popularidad, existen mitos y prejuicios alrededor de los videojuegos y el tiempo que los niños pasan en ellos. “Muchos padres ven este pasatiempo como una pérdida de tiempo, algunos piensan que promueve la agresividad o los hace antisociales, incluso, muchos creen que son sólo para varones; sin embargo, como en cualquier actividad, lo importante es el equilibrio. De hecho, se puede canalizar este interés para desarrollar habilidades útiles en su día a día y hasta impulsar una carrera profesional” comenta Aida Sarabia, Country Manager de CrackTheCode México.
Los videojuegos además de hacernos pasar un buen rato y distraernos, pueden invitar a la creatividad e imaginación, juegos como Minecraft o Roblox lo llevan al siguiente nivel, pues permiten a los niños construir sus propios mundos virtuales e interactuar con ellos. De acuerdo con Crack The Code, el gusto por los videojuegos puede ser el punto de partida para involucrarse no sólo en jugarlos, sino crearlos y con ello estimular la creatividad y habilidades digitales como el diseño, el pensamiento computacional y la programación.
“Que a tu hijo le guste jugar videojuegos, no quiere decir que quiera crearlos. Pero conectar con su interés es el primer paso para impulsar tiempo de pantalla útil que le invité a reflexionar, al mismo tiempo que desarrolla habilidades que le sirven incluso en la escuela. Lo primero es comenzar con la pregunta ¿te gustaría crear un juego?”, añade Sarabia.
Coding y programación son parte de las habilidades básicas para crear un videojuego, y el mejor momento para introducir estas habilidades es a una edad temprana, al igual que un segundo idioma, una pronta inmersión permite un mejor entendimiento y mayor fluidez.
En la actualidad existen muchas formas para que los niños aprendan a programar, desde juguetes que enseñan comandos básicos de programación para preescolares, cursos que usan como base Roblox y Minecraft para introducir a los niños en la lógica de la programación, hasta plataformas intuitivas como Scratch o GameMaker que permiten que niños de 9 años en adelante trabajen en su propio videojuego.
“Buscamos que la introducción a la programación sea interesante, divertida y lúdica. Utilizamos un sistema de programación por bloques, que permite al niño desarrollar juegos avanzados mediante herramientas intuitivas que son sencillas de entender” Menciona Aida. “Además, impulsamos la expresión y el storytelling, por ejemplo, este año en nuestro concurso GameJam, los niños reflexionan en torno al bullying mediante la creación de un videojuego”.
La enorme cantidad de contenido digital actual abre también la posibilidad al impulso creativo, es importante cambiar de una visión de consumidor a creador, impulsar el desarrollo de videojuegos permite empoderar a los niños y motivarlos para aprender y crear a través de la tecnología. Haz la pregunta a tu pequeño gamer: ¿Quieres crear un videojuego? Tal vez el siguiente Shigeru Miyamoto (creador de Super Mario Bros) o HideoKojima (Metal Gear Solid) vive contigo.
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