Alrededor de 300.000 personas sufren artritis reumatoide en España, según datos del estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología (SER). La artritis reumatoide es una enfermedad reumática crónica que se manifiesta en forma de dolores inflamatorios en las articulaciones periféricas (manos, pies, muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas). Los avances tecnológicos y farmacológicos de los últimos años han conseguido que estos pacientes puedan llevar una vida cercana a la que tenían previamente. Un diagnóstico e inicio precoz del tratamiento son claves para un mayor control de la afección y mejor pronóstico en el medio y largo plazo.
La artritis reumatoide afecta normalmente a pacientes de edad media o adulta avanzada, y se manifiesta habitualmente con dolores articulares que aparecen de forma simétrica, “sobre todo en manos, pies y rodillas, asociados con rigidez articular matutina y dificultad para desempeñar una vida plena, e incluso para realizar pequeños movimientos de la vida ordinaria”.
En los casos de artritis de comienzo reciente, el diagnóstico precoz es clave para determinar cuál va a ser la respuesta al tratamiento y el pronóstico de los pacientes. Según afirma el Dr. Fernando León Vázquez, vocal de la SEMAIS y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, en la píldora informativa disponible en la web de la Sociedad, “en Atención Primaria estamos especialmente capacitados para identificar de forma precoz estos casos y minimizar las demoras en derivarlos a los servicios de atención hospitalaria”.
Para que los profesionales sanitarios sospechen que se trata de una enfermedad inflamatoria crónica, la duración de la artritis debe ser de al menos tres semanas “y no puede haber una causa que lo explique como un traumatismo o una artritis preexistente ya conocida”, añade el Dr. León. Lo ideal, continúa el facultativo, es derivar al paciente con un inicio de estudio analítico realizado con las pruebas de Atención Primaria que están accesibles, “con reactantes de fase aguda, como la velocidad o la proteína C reactiva, factor reumatoide y, si están disponibles, anticuerpos antinucleares. De esta manera, los pacientes con artritis de comienzo reciente serán derivados de una forma rápida y conseguirán el resultado mejor para su patología”.
El tratamiento debe iniciarse preferentemente en los primeros meses tras el inicio de los síntomas. De hecho, “desde hace tiempo se sabe que, a mayor precocidad en la instauración de un tratamiento, mejor control de la enfermedad y de los resultados finales y mejor pronóstico a medio y largo plazo”.
Para la consecución de los mejores resultados, el abordaje multidisciplinar resulta clave. Como indica el especialista, en el manejo de la artritis reumatoide interactúan múltiples especialidades, dependiendo también del momento y las comorbilidades asociadas, tales como Atención Primaria para derivación precoz y control de analíticas y comorbilidades, Rehabilitación, Unidades de dolor, Cirugía Ortopédica y Traumatología, fisioterapeutas, neumólogos, cardiólogos o psicólogos, entre otros. “La consecuencia última es que cuantas más especialidades implicadas con mayor coordinación, mejor será también el resultado final medido en variables de salud y calidad de vida”, destaca el experto.
Mejor pronóstico y esperanza de vida
El estado actual de los enfermos con artritis reumatoide es, en general, cada vez más satisfactorio. Los avances tecnológicos y farmacológicos de los últimos años permiten a estos pacientes alcanzar la remisión en un alto porcentaje de casos y llevar unas vidas plenas y sin dolor. En la actualidad, “podríamos decir que su pronóstico y esperanza de vida han mejorado marcadamente en los últimos años, gracias en parte al control de su enfermedad de base; pero también al mejor control de las comorbilidades que, con frecuencia, presentan estos pacientes”.
Actualmente, los retos y líneas de investigación abiertos en artritis reumatoide abordan tanto la mejora del conocimiento de esta enfermedad como el avance en el diagnóstico temprano y la estrategia terapéutica, “que nos permita obtener mayor número de remisiones y un control absoluto de la enfermedad al menor coste y riesgo para el paciente”, apunta el facultativo.
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