Ya en otras ocasiones he expresado que hay personas que son una especie de pulmones culturales de su país, porque oxigenan y son dínamos con su labor para la vida artística de su entorno. Las personas que son pulmones culturales generan tejido social en su entorno bajo los principios de la cultura de paz, la educación permanente y la participación social.
La investigadora, profesora, ex servidora pública, poeta y gestora cultural Amelia Restrepo Hincapié es pulmón cultural de su bella Pereira, y sin lugar a duda, de su amada Colombia. Bajo una filosofía que le fue inculcada desde los primeros años por sus padres, Amelia está convencida que hay que dar a manos llenas, porque el universo es tan bondadoso que compensa o agradece, de alguna manera, pese al egoísmo originado en la ignorancia y la mirada corta.
Hay tanta poesía en mis pulmones / que las palabras chocan / y los versos a veces se niegan a salir; / es como si se tratase de una retahíla de paracaidistas / dispuestos todos a lanzarse de inmediato, / pero es tan angosta la portezuela / que hay lapsos en los que ninguno salta.
Amelia es abuela, tía y madrina de muchos, aunque no lleven su sangre o solo se hayan cruzado ocasionalmente en su camino. Andar con ella por las calles de Santa Rosa o Pereira, es hacerlo con alguien tan popular que personas de todas las edades la saludan, la abrazan, la besan; vi cómo le daban pormenores de su excelente ponencia en la Primera Semana Cultural Sabersinfin, en la Biblioteca Palafoxiana, en el centro histórico de la capital poblana.
Hay que caminar con Amelia con tiempo suficiente, porque seguramente alguien la detendrá para agradecerle algo, o porque a cualquier persona desconocida le dará un consejo, le recomendará algún remedio o le invitará a alguno de los espacios gratuitos de lectura y escritura que tanto promueve. A sus setenta y tantos años Amelia está en la libertad que solo la paz de la vida plena puede otorgar.
Tanta poesía en mis pulmones / que el oxígeno no hace falta, / porque también la inspiración / bota al dióxido de carbono / y colma los alvéolos / hasta que trota por la sangre / contagiando todo mi ser de inventiva.
Conozco a Amelia Restrepo desde hace aproximadamente tres años gracias a los buenos oficios de mi querido amigo y notable escritor Leonardo Fabio Marín. Desde el primer momento Amelia, con su mirada avezada entendió la importancia de dar a conocer el talento poético colombiano a través de #poesíaalasocho, una producción comunicativa que derivó en un movimiento internacional generado en México, pero con producción local en cada uno de los países latinoamericanos participantes.
Como presidenta de la Academia Colombiana de Historia Literatura y Arte, Amelia ha impulsado decididamente la proyección internacional de los escritores colombianos de todas las edades. La también embajadora de múltiples organizaciones y condecorada con la medalla Manuelita Sáenz como Mujer Líder Risaralda Colectivo Fuerza Mujer y Sociedad Bolivariana de Risaralda, promueve la lectura y escritura con niños de edad temprana.
A través de juegos propicia la expresión libre de los infantes y la interacción con sus padres. Sentada en el piso y rodeada de niños les pregunta, les lee, juega con ellos, se prodiga. Ciertas tardes toma maletas de libros, se planta en algunos jardines públicos y espera que lleguen personas interesadas en leer, compartir o donar libros para que continué con su cruzada quijotesca. Entra a las cafeterías para dejar y recoger libros, a fin de que los usuarios tengan opciones diferentes para acercarse a los autores.
Por si fuera poco, a través del Laboratorio de Historia y Memoria Histórica Martha Lucía Eastman Vélez, espacio de construcción permanente de historia viva de los pueblos escrita por los mismos ciudadanos, está documentando el día con día que seguramente no quedará registrado en los libros de historia formal, a través de este programa, ella ha sido la causante de hermanar a Puebla con Risaralda.
Ahora se ha empeñado en crear un puente cultural entre Colombia y México para que, a través de la confianza en la palabra, escritores de ambos países visiten en reciprocidad la nación hermana y puedan dar a conocer sus letras.
Restrepo Hincapié, autora de los libros: "Un camino hecho al andar y una caminante de la investigación y ciencia", "Innovaciones educativas un reto en Risaralda", "Piedra encendida", "Corceles de fuego" y "Sueños", considera que la edad en gran medida es mental, porque ella se siente con tal fuelle que no ha nacido todavía quien le ponga un alto.
Hay tanta poesía en mis pulmones / que mis respiraciones finales serán un poema / y mi último suspiro un verso, / hasta que el Verbo hecho carne / sea simplemente Verbo / y lo que fue el poeta / sea solo recuerdo.
Me siento muy afortunado de su amistad, me complace que sea coordinadora de Sabersinfin Colombia y que, me haya abierto la puerta de su hogar para conocer Colombia desde el quehacer, visión y corazón de un pulmón cultural.
Espero regresar pronto a esta nación hermana para ver el justo reconocimiento que las autoridades de su país le hagan a su trayectoria y a su notable labor en favor de sus connacionales y su cultura, porque —quizá esté equivocado—, me da la impresión que es más reconocida en el extranjero que en su propio país.
Por lo anterior y atendiendo a la premisa “honor a quien honor merece”, propongo a Amelia Restrepo Hincapié para que sea nombrada Hija Predilecta de Santa Rosa de Cabal y Ciudadana Distinguida de Pereira. …un poema que sea homenaje y epitafio…
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