Entre 700.000 y 800.000 personas padecen insuficiencia cardíaca (IC) en España, una enfermedad que limita el flujo sanguíneo que bombea el corazón y que constituye la patología cardiovascular con mayor número de hospitalizaciones. Según una investigación del Proyecto RECALCAR desarrollada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en colaboración con la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia (IMAS), en una década el número de ingresos por insuficiencia cardiaca en los hospitales del Sistema Nacional de Salud ha aumentado un 22%, situándose en más de 110.000 al año actualmente. El 12% de ellos fallecen.
Los enfermos de insuficiencia cardíaca son pacientes que tienen una alta tasa de comorbilidades, descompensaciones y reingresos, por lo que requieren un plan de seguimiento especializado y consultas muy frecuente. La elevada prevalencia y los altos costes de los tratamientos provocan que casi el 4% de todo el gasto sanitario español se invierta en esta patología. “La mayor parte del gasto, el 80%, ocurre durante los ingresos y, al estar aumentando éstos, también aumenta el gasto”, explica el Dr. Manuel Anguita, cardiólogo del Hospital Reina Sofía de Córdoba e investigador principal del estudio.
El aumento en la incidencia de esta enfermedad tiene que ver con dos cuestiones, según explica el investigador. Por un lado, “el mejor tratamiento de las enfermedades cardiacas agudas” que antes causaban una elevada mortalidad, ahora se convierten en muchas ocasiones en procesos crónicos “que pueden producir disfunción ventricular e insuficiencia cardiaca”, asegura. Por otro lado, influye el aumento de la esperanza de vida de la población ya que “la edad es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y también para el desarrollo de la IC”, explica.
Sin embargo, a pesar de estos datos, parece que esta epidemia se está por fin estabilizando. “Lo que hemos visto es que los ingresos brutos siguen aumentando en España en los últimos años en comparación con la década anterior, pero no aumentan al mismo nivel que hace diez años”, asegura Anguita. “Si se hubiera mantenido la tendencia esto no habría sido así ya que, al aumentar la edad de la población, tendría que haber crecido más el número de ingresos”, añade el experto en insuficiencia cardiaca. De hecho, uno de los hallazgos del estudio ha sido constatar que “por encima de los 70-80 años, el número de ingresos se triplican en comparación con los pacientes menores de 70 años”, afirma.
Las mejoras en el manejo de algunos eventos cardiológicos, “sobre todo en el tratamiento del síndrome coronario agudo gracias a los programas de angioplastia primaria”, se está traduciendo en la disminución del número de ingresos en personas más jóvenes, afirma el que fue presidente de la Sociedad Española de Cardiología en los años 2017-2019. Además, gracias al desarrollo de las unidades especializadas en IC también se está consiguiendo “tratar mejor a los pacientes con IC evitando ingresos y descompensaciones”.
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