La Dirección General de Tráfico (DGT) gastará casi 740.000 euros en comprar 70 nuevos radares para que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil vigilen las carreteras y, en su caso, denuncien los excesos de velocidad.
Tráfico ha adjudicado el servicio a la empresa Saima Seguridad en un procedimiento abierto, según consta en un anuncio publicado esta semana en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Uno de los pliegos del contrato, recogido por Servimedia, indica que los equipos de control de velocidad deben incluir medidor de velocidad, ordenador o 'tablet' con software, trípode con rótula de orientación, soporte de vehículo, soporte de guardarraíl y maleta de transporte.
Cada equipo deberá cumplir con algunos requisitos, como medir la velocidad en un rango de 10 a 250 km/h, que la distancia de medición sea de 15 a 40 metros, que detecten la velocidad en al menos dos carriles de circulación y que la batería dure al menos cinco horas. La tecnología será de tipo láser.
Según la DGT, la velocidad es uno de los componentes que mayor presencia tiene en la siniestralidad vial al incidir de forma negativa en la gravedad y en las lesiones de las víctimas.
Con el fin de lograr mejores resultados, Tráfico ha cambiado su estrategia de controles de velocidad en carreteras secundarias al introducir nuevas herramientas de detección de velocidad o cinemómetros de poco peso y reducido tamaño capaces de ofrecer una mayor versatilidad a los agentes que patrullen tanto en vehículos de cuatro ruedas como en motocicletas.
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