Los camellos del desfile navideño o cabalgata de Reyes hace tiempo que no salen de cabalgata; estos animales, siempre han demostrado tener una gran memoria almacenada, como sus congéneres los elefantes, por lo de grandes. Esta memoria de camellos se hace efectiva ahora que sabemos que los Reyes Magos son mágicos de verdad cada primera semana de enero, y sea por quíteme usted un oso “perjudicado”, un tractor gigante, un rey Gaspar bueno o “bueno”, hacen que esperemos la fecha más los mayores que los propios niños, con la buena baba de un bebé expectante, o la mala baba de quien se atreve a criticar los desfiles del frío navideño a un ayuntamiento o personaje.
Visto que todos, como los desaparecidos elefantes y camellos, tenemos una gran memoria para estos problemas de primeros de año, hora será de no olvidar los problemas gordos, los que atañen a chicos y a grandes en todas las fechas, los que nos deberían quitar el sueño no solo en enero, sino en todos los meses del nuevo año, y solo nos adormecen en un desfile en relax por calles y plazas.
¡Hala, a dormir pronto, a no adormecerse!, y a esperar que el nuevo año nos traiga buenos regalos, buenos gobernantes, buenas alforjas con caramelos y fruta vitaminada, con alimentos proteínicos baratos, con energía menos contaminante, más asequible, porque deberemos reírnos con fuerza y ganas de todos los osos “perjudicados” que aparezcan en memes graciosos, darnos un paseíllo por las tardes de enero y de todos los meses, buscando a reyes protagonistas, líderes, sean guapos o feos, con o sin barba rubia, con o sin color natural o maquillados.
Si los camellos inexistentes tuvieran esa gran memoria, podrían recordar que en la Cabalgata de Reyes de Madrid de este año había un buen número de caballos blancos y preciosos corceles, elefantes mecánicos, luces de colores y carrozas blancas de luz esperanzada. Habría que recordar que los bomberos acercaban como nadie a los grupos de niños más alejados, y a sus padres, puñados de caramelos. Y que había grupos de tamborileros y policías, muchísimos policías, porque eso pasa cuando los reyes, cualquier rey se mueve por el mundo, dicen que allí este año Melchor solucionará todos los problemas de la monarquía, al menos sus caramelos blandos no hacían daño, al menos las banderas de todos los colores se movían alegremente por las avenidas, los alegres tambores anunciaban que nuestra vida se normalizaba, que ya teníamos cabalgatas a lo grande. Ojalá los accidentes en los desfiles no se repitan y nadie pierda la vida en ellos, en un intento de divertirse con magias navideñas.
Y dicho esto, sorprendieron las escaleras mágicas, escaleras de mano, en los padres que corrían cargados de aquí para allá, para situar a sus niños en cuarta o quinta fila, cuidando de buscar un buen sitio en el recorrido para memorizar todos ese día grande.
|