La postpandemia nos ha dejado el teletrabajo, que actualmente ya percibimos como algo común… y el teletrabajo nos está llevando a un uso excesivo de ordenadores y dispositivos electrónicos – ya de por sí elevado – lo que puede acelerar la aparición del síndrome del ojo seco. La relación es tajante: a más pantallas, más síndrome del ojo seco, al reducirse la frecuencia de parpadeo y aumentar la evaporación de la lágrima sobre la superficie ocular.
Con el objetivo de sensibilizar a la población sobre esta problemática y de ofrecer herramientas para su prevención, Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, aconseja limitar el tiempo de uso de las pantallas aunque, si éste no puede evitarse, aconseja parpadear frecuentemente, tomarse momentos de descanso y desconexión de la tecnología, y mantener una buena higiene personal, evitando siempre tocarse los ojos con los dedos. Estas premisas, acompañadas de beber bastante agua y de una alimentación sana y equilibrada, son decisivas para prevenir el síndrome del ojo seco.
Más de cinco millones de españoles – un 11% de la población - padecen el síndrome del ojo seco, una de las principales causas de las consultas al oftalmólogo. Sin embargo, tan solo un 45 % de ellas han sido diagnosticadas y reciben un tratamiento adecuado.
Causada por la mala lubricación e hidratación del ojo – cuando no hay cantidad suficiente de lágrima o ésta no es de buena calidad – la sequedad ocular ocasiona molestias que afectan en el día a día, como, por ejemplo, irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y/o visión borrosa.
El uso de lágrimas artificiales, mejorar el estado ambiental o parpadear con frecuencia, entre las principales soluciones
“Para los casos leves de ojo seco que se deban al uso del ordenador, la lectura, el trabajo escolar y otras causas exógenas, el mejor tratamiento es simplemente usar, de manera frecuente, lágrimas artificiales u otras gotas lubricantes para los ojos,” aconseja Escuer. Y añade que “mantener la humedad en el ambiente y mantener una buena higiene de las glándulas lagrimales, es decir, limpiarlas como mínimo una vez al día, ya sea con una toallita o un disco de algodón, nos ayudará a mantener una mejor hidratación en nuestros ojos, sobre todo al usar maquillaje”.
Escuer remarca también la importancia de forzar el parpadeo durante breves períodos de tiempo, ya que este gesto ayuda a regular la hidratación y la sequedad de los ojos, aspectos que se ven afectados con el uso de pantallas o durante la lectura.
También aconseja el uso de gafas de sol con cristales homologados, incluso en invierno o en días nublados, así como evitar ambientes con polución, humo de tabaco o un exceso de aire acondicionado o calefacción.
A todas las edades
“Aunque el síndrome del ojo seco es una enfermedad multifactorial, suele afectar a personas mayores de 50 años, debido a la relación directa que guarda con los cambios hormonales, lo que supone la causa más común. Estos cambios provocan que la calidad de la lágrima del ojo sea menor y menos constante” explica Escuer. Es por esta razón que las mujeres con menopausia son las más afectadas por el síndrome, aunque puede darse a cualquier edad.
Las enfermedades sistémicas, como la diabetes o las que están relacionadas con la tiroides, y el consumo de algunos medicamentos, como antihistamínicos, antidepresivos o píldoras para el control de la natalidad, son otras de las causas comunes y que por tanto aumentan la predisposición de padecer este síndrome.
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