La Semana de los Barbuts es la que hace más frío de todo el año. Se nombra así porque se celebra estos días la festividad de tres santos que son representados por la iconografía tradicional con grandes barbas: san Pablo Ermitaño (15 de enero); San Antonio Abad (el 17), y San Maur (el 18).
"La Semana de los Barbudos, semana de los estornudos". Por eso los santos de enero suelen pintarse con capa y sombrero para que así no pasen frío. Quizás por eso San Antón, que luchaba contra los demonios, hace decir que estos días suele hacer un “frío de demonios”.
Y si llueve aún mejor, ya que beneficia mucho al campo el agua este tiempo.
Es curioso cómo la tradición dice que es la semana más fría del año. ¿Por qué suele acertar el dicho? Me parece que aunque hace siglos no había estaciones meteorológicas ni programas super costosos de mediciones y predicciones, había una contemplación de la naturaleza por parte de la gente que vivía en una sociedad rural, y que les permitía comprender que dentro de la mente del universo, existen unas leyes, y esto les daba un conocimiento de connaturalidad con la naturaleza, un equilibrio psico-somático, y también una confianza en el cielo: si un año no llovía, el siguiente lo haría. Dios proveerá. Nunca ha habido en nuestra tierra la convicción de que moriremos sedientos, ya que un día u otro lloverá... gracias a Dios.
Sin duda, la cultura y los medios de la civilización actual nos permiten llegar muy lejos, pero no olvidemos nuestras raíces, nuestra relación con la naturaleza, que es parte importante dentro de la educación, y de nuestros hábitos, de nuestra vida. Un simple pasear por el campo puede hacernos más solidarios, más alegres... Pienso que el contacto con la naturaleza nos hace mejores personas, estimula nuestra humanidad, y nos da sabiduría.
Texto de Llucià Pou Sabaté, doctor en teología y humanidades.
|