World Vision está preocupada por las crecientes necesidades sanitarias en Siria tras el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria el 6 de febrero. La ayuda humanitaria ha tardado en llegar al noroeste de Siria, ya que los primeros envíos transfronterizos no han llegado hasta tres días después del terremoto, y los suministros médicos siguen siendo especialmente escasos y las reservas locales se están agotando rápidamente.
Los centros sanitarios siguen enfrentándose a la inimaginable tarea de responder a las enormes necesidades con recursos muy limitados. Mujeres, hombres y niños y niñas heridos han hecho cola en las salas de urgencias en los últimos días. Los médicos han advertido que los niños y niñas corren el riesgo de desarrollar hipotermia y están expuestos a enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera o la hepatitis A, debido a las malas condiciones de los refugios y la infraestructura hídrica tras los terremotos.
La situación sanitaria en el noroeste de Siria ya era crítica antes del terremoto, debido a un brote de cólera, declarado en septiembre, que puso en peligro la vida de cientos de niños y niñas. La desnutrición y el retraso del crecimiento también están aumentando, y las madres y los niños se ven especialmente afectados. Su situación no hará más que empeorar si no se aumenta la ayuda humanitaria.
Johan Mooij, director de respuesta de World Vision en Siria, afirma: "Estamos trabajando sin descanso para asegurarnos de que las necesidades más urgentes están cubiertas en estos momentos tan difíciles. Hasta ahora, muy poca ayuda ha llegado al noroeste de Siria, mientras que cientos de miles de niños, niñas y sus familias siguen atrapados en el frío. Las instalaciones hospitalarias están especialmente desbordadas por los heridos y necesitan más suministros médicos. Además, el escaso acceso a agua limpia e higiénica se ha deteriorado aún más debido al terremoto. Esto ha provocado la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera”.
"Este terremoto ha creado el entorno perfecto para una crisis sanitaria, alimentada por la reducción de la capacidad sanitaria y los brotes de enfermedades".
Los equipos de World Vision respondieron rápidamente el pasado lunes para evaluar las necesidades más urgentes sobre el terreno. La ONG ha proporcionado 17.000 litros de combustible a instalaciones sanitarias, así como a equipos de búsqueda y rescate en el noroeste de Siria, para que puedan seguir llevando a cabo las operaciones de transporte y tratamiento de heridos. World Vision también ha proporcionado los tan necesarios calentadores y combustible a más de 1.605 comunidades afectadas que buscan resguardarse en refugios colectivos repartidos por todo el noroeste. Esto permitirá a las familias desplazadas mantener la electricidad y el calor hasta que se encuentren más soluciones temporales.
Johan Mooij añade: "El acceso humanitario debe permanecer abierto y la ayuda debe ampliarse para que podamos evitar una crisis mucho mayor. Los niños y niñas necesitan ayuda desesperadamente en Siria. Incluso antes del terremoto del lunes, el conflicto ya significaba que cientos de miles de ellos estaban luchando por sobrevivir y ahora sus hogares han sido devastados, dejándolos sin refugio, sin escuelas y sin servicios médicos".
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