Hoy, 22 de febrero, Día de la Igualdad Salarial, la Unión de Asociaciones de Trabajadoras Autónomas y Emprendedoras (UATAE-Mujer), invita a la reflexión señalando la doble discriminación que las trabajadoras autónomas y emprendedoras padecen por el hecho de ser mujeres y trabajar por cuenta propia.
Actualmente, alrededor del 72% de la población autónoma femenina tiene más de 40 años, lo que para UATAE-Mujer es un claro ejemplo que entrevé el refugio que supone el trabajo autónomo para las mujeres que son expulsadas de la vida laboral y terminan buscando la reinserción a través del empleo por cuenta propia. Como indica María José Landaburu, secretaria general de UATAE, “esta incorporación muchas veces se ve condicionada por la ausencia de corresponsabilidad ante cargas familiares históricamente realizadas por las mujeres, lo que no les deja otra alternativa que ser autónomas y a la vez cuidadoras no remuneradas” invisibilizando la doble carga laboral. Desde UATAE-Mujer, señalan que “la brecha salarial también hay que buscarla donde no se ve: todo ese tiempo de cuidados que no es remunerado y que afecta el desempeño profesional de las mujeres”.
Toda esta situación conduce a que muchas trabajadoras autónomas tengan que lidiar con la precariedad en sus últimos años de cotización, lo que imposibilita que posteriormente puedan acceder a pensiones dignas. Así lo reflejan los datos: la pensión media de jubilación procedente del Régimen General en los 1.527,8 euros al mes, mientras que la más baja la registra el Régimen de Autónomos (910,9 euros/mes), donde las mujeres autónomas, llegan a percibir, incluso, en torno a un 25% menos que los hombres. Esto conlleva, como indica Landaburu, que “las mujeres autónomas jubiladas sean quienes menos recursos tienen de entre todas las jubiladas”.
En estas líneas, UATAE-Mujer se suma a las reivindicaciones de la jornada de hoy y solicita políticas eficaces y no solo el impulso al autoempleo como medida de conciliación. Este colectivo es representativo de una parte de la sociedad española y por lo tanto requiere políticas públicas especificas acordes a las características del sector autónomo.
El autoempleo no puede transformarse en el salvavidas de la población desempleada. Debe ser un verdadero camino a la emancipación económica para quien ejerza este trabajo. No se va a poder trabajar sobre la brecha salarial hasta que no se generen datos estadísticos de más amplia cobertura, sin sesgo de género, que puedan permitir un análisis completo del colectivo de trabajadoras autónomas y las necesidades a la hora de ejercer su labor.
Por eso desde UATAE-Mujer solicitan:
- Actualmente, las medidas de conciliación más solicitadas en el trabajo asalariado son aquellas que tienen que ver con la reducción de horas de trabajo y la consiguiente pérdida de salario. Una autónoma ni siquiera tiene esa posibilidad, por tanto, se hace más necesario y urgente ampliar las coberturas sociales y las bonificaciones para las autónomas, quienes muchas veces se ven abocadas al cierre por cargar con la responsabilidad de los cuidados.
- Medidas de sensibilización que puedan visibilizar el impacto que tienen las tareas de cuidado como trabajo no remunerado.
- Medidas de evaluación, supervisión y control de las condiciones laborales actuales de nuestro colectivo.
Porque como apunta Landaburu, “únicamente con condiciones justas y dignas para el desempeño de la actividad económica se puede garantizar el progreso profesional de las autónomas que son, las que determinan y conforman el motor del tejido productivo de nuestro país”.
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