Siento gran admiración por el trabajo de Jordi Évole desarrollado en sus distintos programas. Este año y bajo el título de “Lo de Évole” está llevando a las pantallas una serie de docureportajes en los que consigue plasmar extraordinariamente la personalidad de los entrevistados.
Me quiero centrar hoy en el que dedicó a Juan Carlos Unzué, un famoso portero de fútbol, que se encuentra inmerso en la lucha con el ELA, una enfermedad que ataca las neuronas del cerebro y afecta la médula espinal. Su pronóstico es muy grave y su padecimiento penaliza la vida paulatinamente y produce un deterioro de forma progresiva. Durante el desarrollo del programa, se nos planteó como el antiguo personaje –aquel que fue un futbolista mimado por la fortuna y ahíto de poder y de prestigio-, se ha convertido en un auténtico héroe de la supervivencia y un ejemplo de calidad humana. Todo un modelo en la lucha contra la enfermedad. (He tenido la oportunidad de convivir, ya hace años, con una persona que sufrió esta enfermedad en lo mejor de su vida y pude comprobar como se puede compartir el sufrimiento con la dignidad, la paz y la lucha por la supervivencia. La visión del programa sobre Unzué me ha confirmado la presencia de una fuerza especial en los aquejados por enfermedades terminales). Volviendo al motivo principal de este segmento, el programa del pasado domingo, entre su infinidad de mensajes me causo un impacto tremendo cuando, ante las insinuaciones del periodista sobre la posible eutanasia, respondió a la pregunta del entrevistador bajo estos términos: ¿”Tenemos derecho a una muerte digna”? Unzué respondió: “Creo que tenemos derecho a luchar por una vida digna”. No se puede decir más con menos palabras. Estimo que Juan Carlos Unzué ha realizado la mejor parada de su vida. En este caso una respuesta a aquellos que quieren determinar la vida y la muerte de los demás. Enhorabuena amigo Unzué. Y enhorabuena a tu esposa. A tus familiares y amigos que se vuelcan en hacerte la vida más digna. Enhorabuena a todos los que propiciáis una sonrisa y un atisbo de esperanza a cuantos se encuentran con problemas de salud de todo tipo. A esos que luchan por la vida.
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