En estos días la mujer cobra un protagonismo especial, al convertirse en el centro de las reivindicaciones ya que durante siglos ha sufrido el comportamiento machista por parte de los hombres, que nunca la han tratado de forma igualitaria. Después de la fecundación durante las primeras etapas celulares se define a nivel biológico si el ser futuro será masculino o femenino resultando en este caso que el cromosoma 23 sea tipo XX determinando el desarrollo futuro del infante y del adulto, generando ovarios y órganos sexuales externos como la vulva e internos como la vagina. Posteriormente eso desencadenará un proceso hormonal segregando varias hormonas algunas responsables de las características sexuales secundarias de la mujer que se producirán a partir de la adolescencia.
El principal sustento de la sociedad, es la mujer. Sin ella, nos veríamos abocados al fracaso más absoluto. La mujer y el hombre, deben ser seres iguales, pero el paternalismo vigente la relega siempre a un segundo plano, injusto y bochornoso. Por esa razón, la mujer debe reivindicar su posición social frente a una serie de normas que solo privilegian al sector masculino. La mujer ha realizado y realiza el esfuerzo de trabajo reproductivo que permite la supervivencia de individuos y sociedades. A lo largo de la historia y hasta fechas recientes, con el objeto de garantizar la supervivencia social y en un contexto de altísima mortalidad (tanto en tasa bruta de mortalidad como en mortalidad infantil), ha sido necesario mantener una muy alta natalidad (tanto en la tasa bruta de natalidad como en la tasa de fecundidad) para garantizar un reemplazo suficiente de las poblaciones.
La mejora en la alimentación, la generalización de la higiene, la sanidad y la difusión de medicamentos han sido decisivos para el fuerte crecimiento de la población mundial. En todas las sociedades, la mujer es el pilar fundamental de las mismas. Su trabajo silencioso y abnegado, no resulta reconocido por el conjunto de la sociedad, que la margina y le confiere unos roles determinados ya que siempre es competencia para los demás. Le son colocadas unas etiquetas que distan muy poco de ponerse en un plano de igualdad. La mujer posee valores que los hombres no tienen ni por asomo. El candor y la diplomacia son las verdaderas armas de la mujer. Su intelecto lo coloca siempre a favor de los demás, siendo la mejor consejera que puedas tener.
En la antigüedad clásica, tanto griegos como romanos documentaron ampliamente que muchos otros pueblos mediterráneos y europeos de hecho no eran patriarcados. En muchos pueblos existía una organización matrilineal, esto está documentado en varias sociedades protohistóricas de Europa.Existen abundantes elementos para pensar que originalmente entre los lidios, etruscos, astures, minoicos y algunos pueblos germanos las mujeres tenían un papel mucho más preponderante que en la sociedad griega y romana. Igualmente, en la antigua Persia las mujeres tenían un papel social más preponderante que las mujeres romanas. La situación en otras partes del planeta está menos clara.
En la Edad Media europea, los autores masculinos, pertenecientes a una estirpe, religiosos, tratadistas laicos y sobre todo, predicadores, hablaron de las condiciones y conductas que les exigían a las niñas, a las jóvenes y a las mayores. La conducta femenina fue pautada para cada momento y situación de la vida.En la historia reciente, las funciones de las mujeres han cambiado enormemente. La burguesía trajo consigo una nueva concepción de la familia donde la mujer desempeñaba un papel restringido al hogar. Hasta entonces la mujer había participado, aunque de modo distinto al varón, en tareas de aprovisionamiento y trabajo para la supervivencia familiar fuera del domicilio u hogar. Las funciones sociales tradicionales de las mujeres de la clase media consistían en las tareas domésticas, acentuando el cuidado de niños, y no solían acceder a un puesto de trabajo remunerado.
En el siglo XIX ocurre una transformación en los ámbitos social, político y económico. En esta etapa se movilizaron mujeres feministas en pos del igualitarismo y la igualdad de género (sufragio femenino, derechos de propiedad, divorcio) y la emancipación de la mujer. Las mujeres en países de primer mundo se incorporaron al mundo laboral, sobre todo durante y después de la Primera y Segunda guerra mundial. Será en 1910 cuando se celebre el Día Internacional de la Mujer.
Serán las fiestas, y más en concreto las valencianas, la que le rindan homenaje de pleitesía a la mujer, colocándola como centro de su celebración festiva. Las Fallas de Valencia, le dan los mejores momentos a la mujer, siendo la protagonista real de la fiesta. Sus flores son llevadas a la Patrona, la Virgen de los Desamparados, la Madre del Hijo de Dios, acompañada siempre por el patriarca san José, primer carpintero de la Historia. No hay fiesta mundial que ponga como centro la figura de la mujer: su belleza, elegancia y saber estar forman parte del ritual fallero, vistiéndola con las más ricas telas acompañadas por las joyas propias que resalta más si cabe su figura.
Que los días dedicados a recordarnos sus reivindicaciones, no sean en balde. Procuremos entre todos trabajar de verdad por la igualdad de sexos y que la mujer cobre el magnífico protagonismo que le corresponde. Será síntoma del avance social que tanta falta nos hace.
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