El diario El País señala que la “Comisión Europea ha advertido a España de que lo pagará caro si permite que Doñana se seque y no lo remedia, tal y como ordenó el Tribunal de Justicia de la UE el pasado junio. Bruselas ha avisado por carta al Gobierno de que, si prospera la iniciativa que impulsan PP, Ciudadanos y Vox en el Parlamento andaluz para aumentar el regadío de los invernaderos de fresas cercanos a la reserva, afrontará multas millonarias, como ahora hace por la falta de depuración de las aguas fecales, que ya asciende a 63 millones”.
Cada tarde la luz solar nos despide con el adiós de su belleza, un viento templado la empuja, más ella volverá de nuevo con el alba. Pero la contaminación, la castiga sin piedad, explotada por intereses desaforados cuyo objetivos son las suculentas ganancias a través del poder político que cada día nos va demostrando su avaricia, frente a los que amamos la naturaleza y la razón de ser fieles solidarios con el universo, Leemos en el rostro de las tardes como su herida crece su ternura suave existencia, aunque rayadas dejan arrugas en el vivir y el lento anhelar de la majestad del gozo, entre luces de placeres, no más ayer, vivieron a cielo abierto hoy sombras de nubes temblorosas, veneno esparcidos sobre nuestras cabezas y pulmones.
Todo un periplo solitario agitador de trashumancia, verónica de dolores. Todo espera en la vida, también la noche, acariciador relente. Y añoramos aquellas otras tardes cubiertas con pétalos flotando en el estanque de los lotos.
Tiempo sobre espacios abiertos, adioses y trinos. Las cigüeñas con sus nidos en las espadañas de las iglesias. En la oscuridad flota el eco del lastimoso canto del búho, posado en la rama del centenario olivo.
Tras el alba la mañana hay tardes de ayer nos muestran el cansancio del día que tembloroso llega cargado de contaminación. Los pájaros inquietos desde frágiles ramas se balancean estalla suave y juvenil verde sinfonía. La vida es antología de míticas ficciones. Espacios de tiempos vividos mi destino cumple de mi mano mano , el convenio entre mi quehacer y su camino.
Estoy alimentado por la dieta del vivir con los postres que el continuo andar ofrece. Abro senderos sobre el espejo de blanca nieve, huellas de sueños deseos y gozos. Placer y dolor. luchar por lo que esta vida clama, donde la ficción es permanencia, compromiso y estancia de la memoria. Ella, tan cerca y tan lejos, escudero de mi propia sombra de gozo extendida.
Más una cruel amenaza se cierne sobre el inmenso Parque de Doñana, corren el serio peligro de ser, una vez más gravemente víctima desolada de progreso y falso amor por la madre tierra.
Ya hace años el político campechano Javier Arenas como un Virrey de la Bética intentó construir una autopista que cruzaría esta joya corona malherida fruto de la codicia del poder establecido, semejante a éste, otros sones con distintos collares , también con piel de cordero, quiere llevarlo a cabo. Esperemos que esta nueva barbaridad contra la naturaleza y el medio ambiente no logre situación tan complicada de intereses políticos y gananciales y lo no consigan.
Acoso y derribo de a tan lastimada geografía, pasiva contemplación de aquellos paisajes lejanos de estancias relajadas donde pernoctaron tantas ilusiones como desencantos, riesgo al borde de los precipicios por donde las bestias cabalgan. Escuchar los sencillos sinsabores en el compromiso de la memoria repasando soledades.
Estaciones, centro de amor y pasiones, andenes de la vida, pañuelos bordados con hilos de esperanza. Trenes, de abiertas ventanillas, mañanas de vidas huellas de arrugas cargadas de tronchados sueños, ansias que desempolvan la vieja máquina de vapor, impulso de tomar las curvas de la edad, tiempo de niñez, caballo de madera y el alba de las colas donde lograr un aplastado pan para que la edad de niño creciera.
|