Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | ACTUALIDAD | Caso Negreira | PENSIONES | VOX | Moción de censura | Ramón Tamames | Iglesia

Algunas malas noticias

“El pesimista se queja del viento y el optimista espera que cambie…”
Jorge Hernández Mollar
sábado, 18 de marzo de 2023, 10:19 h (CET)

Las cadenas de radios, televisiones y periódicos son hoy como los jinetes del apocalipsis que inundan nuestros hogares de noticias que sobresaltan diariamente nuestros espíritus. Si eres un modesto ahorrador, inversor o empresario ya sabes que el estornudo de un banco en EEUU, la gripe de otro en Suiza o la Sra Lagard desde el BCE, te pueden amargar el desayuno. Si a esto le añades la desbocada subida de precios como consecuencia de la descontrolada inflación, la resultante es que la ciclogénesis financiera y económica está servida. Ponte a refugio.


Si además eres un trabajador asalariado o autónomo, tienes que añadir a la inestabilidad de tu puesto de trabajo o la supervivencia de tu pequeño negocio, la incertidumbre del futuro de tu salario o pensión. El actual sistema de seguridad social, solo lo mantiene la constante inyección que le insufla los presupuestos del Estado a través de los impuestos, porque el modelo de reparto, -trabajador por pensionista-, es ya inviable y tratar de garantizar su sostenibilidad con el incremento de las cotizaciones, es un sumando más a la asfixia fiscal que sufren los empresarios y trabajadores.


Cuando parecía que en el deporte y especialmente en el fútbol, el ciudadano de a pié había encontrado una evasión de la absorbente realidad, el “caso Negreira” ha enfangado los estadios con la corrupción de directivos y árbitros. Así podríamos ir relatando un sinfín de malas noticias que harían de nuestra vida un campo de minas intransitable. William Arthur Ward, escritor estadounidense, decía que “el pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”. Está claro que la esperanza del cambio y el reajuste quizás de nuestras vidas, nos ayudará a sobrevivir con un grado mayor de optimismo, a este tsunami de malos augurios que se ciernen sobre nuestras cabezas.


Incluso resulta positivo a veces desdramatizar algunos escenarios, ya que podría ser un aliciente para rebajar el voltaje de la crispación y el enfrentamiento en el que se ha convertido la vida política de este país. Me refiero al nuevo episodio de la parodia nacional en la que sus señorías han transformado el Congreso de los Diputados. El senil y trashumante político Ramón Tamames, ¡de la mano de Vox!, va a representar el día 21 desde uno de los escaños de la soberanía popular, no se sabe si un sainete, una comedia o un drama, para censurar al presidente del gobierno. El libreto teatral ya ha sido convenientemente filtrado entre la prensa y figurantes, y el cartel de “no hay entradas” ya cuelga en la puerta de los leones de la Plaza de Las Cortes.


También los católicos debemos huir del pesimismo, aunque no debemos bajar la guardia ante los vientos huracanados que hoy sacuden a la Iglesia. Un grupo de obispos y laicos alemanes han sido abducidos por la ideología de género y pretenden socavar, desde su pretendido Consejo Sinodal, los fundamentos morales y doctrinales de la Iglesia universal. La receta del Cardenal Newman, converso del protestantismo, era determinante: “La Iglesia debe denunciar la rebeldía como el mayor de los males posibles. No debe admitir componendas con ella; si quiere ser fiel a su Maestro debe proscribirla y anatematizarla”.

Noticias relacionadas

La sanidad pública en España, durante décadas, ha sido motivo de orgullo. Un sistema universal, accesible y con profesionales altamente cualificados. Sin embargo, esta imagen de excelencia convive hoy con una realidad que cada vez más ciudadanos experimentan en carne propia: listas de espera interminables, falta de especialistas y un colapso que se agrava año tras año sin que lleguen soluciones afectivas.

Sí, yo también quise ser Valdez. Los de mi generación queríamos ser Valdez. Todos, sin excepción. Jugar como él, driblar como él, chutar como él. Óscar Rubén Valdez Ferrero llegó al Valencia C.F., procedente del Platense argentino, en un momento importante, la temporada 1970-71, legendaria con el paso del tiempo. Fue el año en que Di Stéfano revolucionó la capital del Túria con la ayuda de sus «ches».

Son las cinco de la madrugada. Me despierto con mi libro bajo el brazo, me quedé dormido, serían las doce de la noche. Abro mis ojos contemplando los millones de personas que no tuvieron la posibilidad de contemplar la “vida” más allá de los ochenta. Murieron mucho antes, mejor dicho fueron eliminados sin ningún sentido... caprichos de la política, de los políticos, de la cobardía de los agradecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto