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La Comunidad Valenciana está sufriendo una desgracia que nos tiene conmocionados a todos los españoles. Además de sentirnos solidarios emocionalmente, muchas personas prestamos ayuda material de la manera en que podemos. Pero con ella no es suficiente. Es imprescindible que el Estado intervenga y proporcione los recursos extraordinarios que precisa una catástrofe extraordinaria.
En el escenario político, Vox es algo más que un movimiento o formación política al uso. Representa, como se escribió hace tiempo en la prensa escrita, “el voto de don Pelayo”, a quien le tocó decidir entre dos posturas: tirarse al Cantábrico con los suyos, o dar batalla a los sarracenos, que ya tenían tomada toda España.
Al Partido Popular le gusta jugar con fuego con amistades tan peligrosas como la extrema derecha. Ya lo hizo Rita Barberà, antes tratada por los suyos como una apestada y ahora rehabilitada, honrada y homenajeada por su fiel discípula la alcaldesa Català.
Vox no es lo que dice ser... Más bien parece el mundo de las abejas “humanizado”: abeja albañila, abeja carpintera, abeja maestra, abeja obrera, abeja reina. No hace falta tener muchos conocimientos para que Vox nos parezca un avispero, reunión de personas inquietas que causan alboroto o tensiones, pero no llegan a solucionar nada.
Desde hace un tiempo se ha instalado en nuestra sociedad la cultura de la muerte. Esta cultura ataca a la dignidad y la vida de las personas. El aborto, la eutanasia o el mercadeo del cuerpo de las personas vulneran los principios más dignos del ser humano, y que deben ser defendidos.
La cultura, en el ámbito del aprendizaje, formación y conocimiento, creo que es un derecho de las personas. Otra cosa es si se hace un uso correcto de esta cultura. Lo que no es correcto es cuando una cultura determinada se inmiscuye en otra cultura para imponer la suya o tergiversarla.
La Fiscalía de Valencia ha abierto diligencias de investigación penal al concejal de Vox en la localidad valenciana de Paiporta, Daniel Furió por unas declaraciones xenófobas realizadas el pasado mes de julio en la red social X en las que propuso "plomo" para inmigrantes.
Ya hace décadas que la educación, la enseñanza, ha dejado de ser aprender las “cuatro reglas”. Desde hace años todo es más amplio y más complejo, ya que desde la tendencia conservadora, por ejemplo desde la ideología de Vox, no se habla solo de enseñar, se habla de educar: educar es un concepto amplio, que incluye contenidos, pero con valores.
Poco más allá de la luna de miel ha durado el matrimonio, de conveniencia, entre la derecha extrema y la extrema derecha. Fue un enlace de conveniencia pero también de intereses, al fin y al cabo, unos y otros tienen la misma partida de nacimiento: el franquismo, al que ni los de la gaviota carroñera ni los del saludo brazo en alto han querido renegar.
Voy a referirme a dos instituciones que aparentemente tienen pocas cosas en común, pero que si se analizan detenidamente es fácil que cambiemos de opinión. Por lo pronto, las dos palabras tienen tres letras cada una, y las dos comienzan con una V. Pero, además, y en no pocos casos, las dos instituciones, están algo distantes de actuar como presumen y esperábamos de ellas.
Vox, la ultraderecha en España, ha decidido romper los acuerdos que tenía para formar gobiernos autonómicos con el Partido Popular en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Región de Murcia y Extremadura. Es una excelente noticia para España, para la democracia española y para los intereses de las clases populares españolas.
Durante el mandato de Eduardo Zaplana se produjo un pacto entre José María Aznar y Jordi Pujol por el que el parlamento valenciano aprobó por unanimidad la creación de la Academia Valenciana de la Lengua, único organismo estatutario competente en la materia. Muchos pensaron que, finalmente, quedaba enterrada, por la derecha valenciana, el hacha de la guerra de símbolos.
Los menores inmigrantes arriban a toda España. La obviedad -necesitada de recordatorio frente a los envenenadores y falsos patriotas- es que cuando los inmigrantes -menores y adultos- llegan a Canarias llegan a España, llegan a toda España. Y hay necesidad imperiosa de distribuir la acogida por el resto del territorio español.
Y que España se vaya a… Aquí interviene la ministra vicepresidenta 2ª del gobierno de D. Conflictos. Quien cuenta en España es una tal B. Gómez, ella es España, ella es institución nacional; todo lo demás no cuenta, no vale, no importa; importa la institución, la española.
La política se ha convertido en una olla de grillos. El respeto ha desaparecido. Los cabecillas de los partidos se caracterizan en ver quien la dice más gorda. La palabra verdad ha desaparecido de los manuales. La mentira se ha convertido en la columna vertebral de la política.
Sabe lo que son; se lo explicaron y, lo peor de todo, es que le da igual abrazarles, compartir mitin y retratarse con ellos para la posteridad. Parece que en la cruzada contra el socialismo y los 'colectivistas' todo vale, incluso darte abrazos de oso con lo mas granado del populismo nacionalista conservador de Occidente.
Fango: Vilipendio, degradación, lodo hecho con residuos térreos donde hay agua detenida. Muro: Pared, tapia, cerca o muralla. ‘Cordón sanitario’: Acuerdo entre partidos políticos para aislar a otro y evitar que llegue al poder o prevenir la expansión de una ideología.
Las últimas elecciones en la Comunidad Valenciana y otros lugares llevaron al PP a un matrimonio de conveniencia con la extrema derecha. A partir de ese momento en el País Valenciano, una vez la derecha extrema y la extrema derecha llegaron al poder se abrieron batallas que dormían hace años en el cajón del olvido.
La llegada del Partido Popular y de Vox a las instituciones valencianas está suponiendo un arrinconamiento de muchas de las cosas que se habían logrado en las dos legislaturas que PSOE y Compromís estuvieron al frente de la Generalitat y, especialmente, del Ayuntamiento de València, la capital del País.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
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