Desde hace un tiempo se ha instalado en nuestra sociedad la cultura de la muerte. Esta cultura ataca a la dignidad y la vida de las personas. El aborto, la eutanasia o el mercadeo del cuerpo de las personas vulneran los principios más dignos del ser humano, y que deben ser defendidos. Pienso, a lo mismo que Vox, que la política está hecha para el bien común, y ello implica el respeto a la dignidad humana y a los derechos. Creo y defenderé siempre el derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, por eso es indispensable la derogación de la Ley de Eutanasia y la Ley del Aborto. Pienso que garantizar la información, el apoyo y las alternativas necesarias para todas aquellas madres con un embarazo problemático e inesperado, es imprescindible para la existencia de una sociedad decente. Ética y moral también sería la prohibición de los vientres de alquiler, y de toda esa actividad que se usa para utilizar a los seres humanos como producto o mercancía.
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