En España existe una falta de patriotismo evidente, la estamos experimentando desde hace unas décadas, pero en estos dramáticos últimos años en los que España, víctima del caos socialista, está pasando por un trance que, a menos que cometamos el más mínimo error, nos puede conducir a una situación extrema en la que no tengamos otra salida que la de entregarnos en manos de nuestros acreedores, esa falta de patriotismo se toca, se hace palpable.
No obstante, hemos podido constatar cómo los elementos discordantes, los empeñados en dividir a la sociedad y las tácticas de los separatistas, están consiguiendo dificultar e impedir que lleguen a buen fin los esfuerzos de partidos constitucionalistas y patriotas como Vox.
El Gobierno socialcomunista sólo está por la labores de cumplir las nefastas imposiciones del Consejo Europeo. A pesar de la falta de apoyo de muchas de las Autonomías que, después de ser las mayores responsables, gracias a sus gastos desmedidos, su gigantismo público, a sus despilfarros y sus pretensiones separatistas de que España esté endeudada hasta la coronilla, en lugar de ayudar, rectificar sus fallos y colaborar en el esfuerzo para superar la crisis, da la sensación de que se empeñan en contribuir a que se vaya agrandando.
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