La discriminación racial repercute directamente sobre la salud mental de los jóvenes, llegando a generar cuadros de ansiedad y depresión. Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, los expertos de GINSO han querido concienciar sobre la importancia de educar con valores alejados de actos discriminatorios por cuestión de raza entre los más jóvenes y enseñar herramientas que ayuden a prevenir y eliminar este tipo de conductas.
Durante 2021, se registraron en España 1.874 víctimas de delitos de odio por motivos racistas o xenófobos, de las cuales un 11 % (212) fueron menores de edad, según estudios recientes. Asimismo, en relación con la edad de los autores del delito, 106 de los 743 agresores registrados fueron menores de edad, aproximadamente un 14 %. Las personas jóvenes que han sido víctimas directas de actos discriminatorios experimentan graves consecuencias en su autoestima y habilidades sociales. La discriminación a edades tempranas puede generar trastornos mentales que afectan al desarrollo de las personas menores.
Asimismo, aquellos que no son víctimas directas pero sí testigos de estos actos, también pueden desarrollar conductas agresivas y verse afectados en sus valores y creencias. “Prevenir la discriminación racial en la infancia y adolescencia es esencial para evitar que la jufentud tenga mayores problemas de salud mental en la etapa adulta. Los datos actuales demuestran que es necesario intervenir para eliminar la discriminación racial no solo desde el plano educativo e intercultural, sino desde los hogares. Son las familias las que deben de enseñar un buen ejemplo de inclusión, evitando conductas discriminatorias que pueden terminar en delitos de odio”, explica María León Torre, pedagoga y experta en Educación y Orientación Sexual en GINSO.
A la hora de enseñar valores sobre igualdad y tolerancia entre la adolescencia, es recomendable tener en cuenta los siguientes aspectos:
Educar desde el ejemplo. Es importante que las familias sean conscientes del comportamiento de sus hijos e hijas y eduquen en igualdad para que puedan convertirse en modelos de referencia y aprendizaje.
Establecer normas y poner límites. Si las familias establecen límites y normas demuestran ser un ejemplo de conductas positivas y no discriminatorias, contribuyendo a una educación basada en la igualdad y el respeto hacia los demás, independientemente de su origen o condición.
Comunicación como base. También es crucial que las personas adultas hablen con los menores, sean sus hijos o no, sobre las conductas discriminatorias y les proporcionen herramientas para buscar soluciones a este problema.
Identificar conductas xenófobas. Es fundamental identificar los estereotipos y prejuicios racistas o xenófobos existentes que se aprenden en otros entornos, para que la juventud sea consciente de ellos y pueda eliminarlos.
Crear un entorno de debate. Es necesario aprovechar cualquier momento en el entorno familiar para enseñar valores y recordar que, como adultos, también fueron educados en la tolerancia, el respeto y la igualdad, por lo que deben seguir ese ejemplo.
Trabajar la multiculturalidad. Las familias pueden generar espacios donde se fomente el conocimiento y la integración sobre las diferentes culturas existentes, de esta forma se transmitirán valores de multiculturalidad e interculturalidad.
Los espacios educativos también deben ser un espacio donde se fomenten valores de diversidad y se eviten las conductas discriminatorias en todas sus formas, ya que son lugares donde las personas menores pasan gran parte de su tiempo. La diversidad social, racial y cultural es un hecho evidente en los centros educativos y es necesario que se aborde de manera adecuada. “El papel del profesorado es crucial en el proceso de prevención de la discriminación racial. Los docentes deben estar capacitados y ser conscientes de que estas conductas pueden darse de muchas formas diferentes, como por ejemplo a través de las redes sociales o en espacios de tiempo libre”, añade María León Torre.
Uno de los primeros pasos para prevenir la discriminación en los centros educativos es la sensibilización y concienciación del personal docente y del alumnado. Es importante que se promueva una educación en valores, donde se fomente el respeto hacia la diversidad y se enseñe a valorarla. Además, es necesario que se implementen medidas concretas para prevenir y abordar las conductas discriminatorias, como programas de formación específicos para el profesorado y protocolos de actuación claros para abordar situaciones de discriminación.
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