En la madrugada del 13 de septiembre de 2022, la oficial Jeana Andrews se dirigió a la celda número 214 de la cárcel del condado de Fulton, en la ciudad de Atlanta, estado de Georgia, para, según consignó en un informe, “trasladar al recluso Thompson […] para [que se le realizara] una evaluación psicológica”. La agente continuó en el informe: “Vi que el recluso Thompson se encontraba desplomado en el suelo, con la cabeza en el inodoro. Lo llamé por su nombre y me di cuenta de que no respiraba ni se movía”.
Así se dio inicio al Incidente Carcelario JA22-3205, que describe con ese frío lenguaje burocrático la espantosa muerte de Lashawn Panell Thompson, un hombre negro de 35 años que padecía una enfermedad mental. Thompson se encontraba en “prisión preventiva” desde hacía tres meses, a pesar de que no había sido acusado de ningún delito, ya que no podía pagar la fianza que se le había impuesto.
La familia de Lashawn no sabía que el joven se encontraba detenido en la cárcel del condado de Fulton. Los informes del incidente y de la autopsia, que la familia obtuvo posteriormente, ofrecen un crudo relato de la muerte de Lashawn. La oficial Andrews le pidió a otro empleado de la prisión, que vestía un traje de protección contra materiales peligrosos, que atendiera a Lashawn, ya que, según reportó, “el recluso Thompson estaba cubierto de heces y piojos”.
Los informes incluyen fotos sumamente perturbadoras que muestran a Lashawn sin vida, desnudo y acostado sobre una colchoneta en el sucio suelo de la celda. Un primer plano muestra su rostro lleno de insectos. La oficina forense del condado de Fulton escribió: “El cuerpo está infestado de una enorme cantidad de pequeños insectos de 2 mm de largo”.
Michael Harper, abogado de la familia de Lashawn Thompson, declaró en un comunicado: “La celda en la que se encontraba el señor Thompson no era apta ni para un animal enfermo”.
Harper concedió una entrevista a Democracy Now!, en compañía de Shenita Thompson y Brad McCrae, hermanos de Lashawn. Esta fue la primera vez que los hermanos hablaron con un medio de comunicación desde que dieron a conocer los espeluznantes detalles del sufrimiento y la muerte de su hermano.
Brad McCrae habló sobre la decisión de la familia de hacer públicas las devastadoras fotos incluidas en el expediente. “Pensé en Emmett Till. Ver esas fotos me rompió el corazón. Queríamos que el mundo viera [lo que ocurrió], que lo sintiera, que tome conciencia sobre lo que sucede allí y ayude a que haya un cambio. Queremos que la gente tome conciencia y se movilice para cambiar las cosas”.
En su relato, Brad McCrae invocaba la memoria de Emmett Till, un joven afroestadounidense de 14 años que fue linchado el 28 de agosto de 1955. A Till se lo llevaron a rastras de la casa de su tío abuelo en la localidad de Money, en el estado de Misisipi, donde su madre lo había enviado desde Chicago para pasar el verano. Unos días después, su cuerpo fue hallado en el fondo del río Tallahatchie, brutalmente golpeado y desfigurado. Estaba amarrado con alambre de púas al ventilador de una desmotadora de algodón.
La madre de Emmett, Mamie Till-Mobley, quería que el mundo viera lo que le habían hecho a su hijo e insistió en que Emmett recibiera un funeral de ataúd abierto. La revista Jet Magazine publicó en su portada la foto de Emmett en el ataúd, con la cabeza hinchada y deformada por los golpes. Esa imagen mostró al mundo los efectos devastadores del racismo y la brutal crueldad de la intolerancia.
En su entrevista con Democracy Now!, el abogado de la familia de Lashawn , Michael Harper, expresó: “Las autoridades del centro penitenciario sabían desde junio de 2022 que Lashawn Thompson tenía problemas de salud mental. Lo metieron en un ala psiquiátrica de esa cárcel y lo abandonaron. Estuvo allí durante tres meses. Existen informes, incluidos en el expediente del incidente de la muerte, que indican que los oficiales estaban al tanto de que el estado de salud de Lashawn se estaba deteriorando y que se encontraba en una celda llena de mugre. [Los agentes] se quejaron a sus superiores, pero no pasó nada. Lashawn permaneció en esa celda hasta su fallecimiento y su cuerpo fue encontrado lleno de horribles picaduras de chinches, piojos e insectos”. Harper continuó: “Lashawn Thompson estaba en prisión preventiva. No había sido condenado por ningún delito”.
En noviembre de 2022, la organización Southern Center for Human Rights informó que la Cárcel del Condado de Fulton presentaba 'una escasez peligrosa de personal y una sobrepoblación' y que había un brote descontrolado de piojos y sarna. Por su parte, la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles emitió un informe con el resultado de un análisis sobre la situación de la población carcelaria del condado de Fulton. La organización concluyó que el condado de Fulton mantiene detenidas a personas en prisión preventiva por más de 90 días —y a veces durante más de dos años— de manera habitual, incluso cuando no han sido acusadas de ningún delito. Muchas de estas personas, además, permanecen detenidas simplemente porque no pueden pagar la fianza.
Después de que se hicieran públicos los detalles de la horrenda muerte de Lashawn Thompson, las autoridades del condado de Fulton tomaron algunas medidas. Una de ellas fue trasladar a 600 prisioneros a otras instalaciones para reducir el hacinamiento de la cárcel, que contaba en ese momento con una población de cerca de 3000 reclusos. Además, el sheriff del condado de Fulton, Patrick Labat, exigió la renuncia de tres altos funcionarios del centro penitenciario. Los comisionados del condado también aprobaron un presupuesto de cinco millones de dólares para implementar mejoras de emergencia en la cárcel.
Michael Harper dijo al respecto: “Una nueva cárcel no impedirá que las autoridades y agentes penitenciarios actúen de manera negligente y no atiendan adecuadamente a las personas con enfermedades mentales”.
Tampoco traerá de vuelta a Lashawn Thompson. Brad McCrae brindó un mensaje de esperanza en memoria de su hermano: “Quiero que el mundo lo recuerde como yo lo recuerdo, como una persona cariñosa y divertida. Le encantaba la música. Le encantaba cocinar. Quiero que el mundo lo recuerde como si fuera su primo, su hermano, su tío, o lo que sea, porque [lo que sucedió con Lashawn] le puede pasar a cualquier familia, como le pasó a la mía”.
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