La incontinencia urinaria afecta a más de 6,5 millones de personas en nuestro país y, en concreto, a 1 de cada cuatro hombres por encima de los 40 años. Así lo describe el Dr. Luis Prieto, vicepresidente de la Asociación Española de Urología (AEU): “En lo que se refiere a disfunción miccional e incontinencia urinaria, la naturaleza ha repartido el problema aproximadamente al 50% entre varones y mujeres. Si los varones tenemos la próstata, las mujeres tienen la incontinencia urinaria de esfuerzo y el prolapso”.
Así, los enfermos con esta patología superan en número a los afectados por otras patologías mucho más conocidas como la diabetes, la artrosis, o la osteoporosis. Sin embargo, tal y como señalaba la encuesta sobre el impacto de la incontinencia urinaria en la calidad de vida de los pacientes, desarrollada por Essity, compañía líder en el cuidado de la higiene y la salud a nivel global, y la plataforma Conectando Pacientes, esta condición tiene una alta incidencia en la calidad de vida de los pacientes.
Precisamente por ello, mejorar el cuidado de su calidad de vida pasa por “no estar deshidratado pero beber lo menos posible, para que los volúmenes de orina sean mucho menores y se reduzcan los cambios de absorbentes desechables; utilizar pañales absorbentes con un recambio periódico en función del volumen que se pierde; utilizar pañales absorbentes de los tamaños adecuados para administrar mejor las pérdidas, y prestar gran importancia al cuidado de la piel y a la higiene, sin caer en la sobrehigiene, que también puede ser un factor de riesgo para las infecciones”, expone el vicepresidente de la AEU. De hecho, los absorbentes para la incontinencia urinaria son los productos sanitarios que conllevan mayor consumo de envases, con un total de 9,9 millones de unidades en España al año.
La incontinencia urinaria también está ligada a lesiones de la piel, ya que puede producir “maceración, irritaciones, apariciones de hongo, escarificación… Todas ellas conllevan sufrimiento para el paciente”. En este sentido, productos especializados para el correcto mantenimiento de la epidermis como la gama TENA ProSkin, que no requieren aclarado, cuidan la piel de las personas dependientes que requieren limpieza, hidratación y protección, manteniendo el pH natural de la piel, sin necesidad de utilizar agua y jabón, elementos que pueden resecar e irritar las zonas más sensibles. Una protección que la Skin Health Alliance, entidad especializada en acreditaciones dermatológicas de productos, servicios y marcas a nivel internacional, ha reconocido con su certificación. En concreto, sus toallitas húmedas sin plástico están especialmente indicadas para el cuidado frecuente de la zona perineal de pacientes con incontinencia urinaria. De hecho, el sistema “Clean Touch” está diseñado para evitar infecciones cruzadas, ya que permite extraer la toallita con una sola mano fácilmente y evitar que se toque la siguiente del paquete.
La incontinencia urinaria masculina: diagnóstico y calidad de vida
La incontinencia urinaria es una patología que afecta a la calidad de vida de los pacientes porque “puede tener distintas magnitudes de afectación, ya que repercute en la autoestima, en la percepción sobre la integridad física y genera bastante ansiedad, en función de la magnitud, la intensidad de la pérdida o el control voluntario esfinteriano”, precisa el Dr. Prieto. Una serie de repercusiones que proyectos como el pódcast ‘Al fondo a la derecha”, auspiciado por TENA Men, intenta suavizar mediante el uso del humor como fuente de empoderamiento e independencia de los pacientes. La comedia es un buen recurso para romper tabúes, sobre todo en los hombres, ya que ellos “a diferencia de las mujeres, son más introspectivos en lo que respecta a sus visitas al urólogo. El varón que tiene incontinencia busca soluciones y acude al urólogo, lo que no hace es coger un megáfono para anunciar el problema de salud que sufre”, prosigue el especialista.
A esto se une que la prevención de la incontinencia urinaria masculina es más difícil que la femenina y depende en gran medida de cuáles son sus causas. “Normalmente, la próstata es atendida cuando da síntomas, pero no hay unos métodos claros de prevención que jueguen un papel fundamental en el diagnóstico”, declara el experto. Así, la incontinencia urinaria más común en varones es la que se produce cuando hay síntomas por el adenoma de próstata, que por obstrucción genera incontinencia de rebosamiento. El segundo tipo más frecuente es el que “generamos nosotros después de la cirugía radical del cáncer de próstata, con el tratamiento quirúrgico y/o radioterápico, y que suele afectar a pacientes que tienen alrededor de 60 años, con una esperanza de vida superior a los 20 años”, explica el vicepresidente de la AEU. Por último, el tercer grupo se correspondería con los pacientes que presentan disfunciones neurógenas que, debido al funcionamiento de los nervios (en casos de lesiones medulares, esclerosis múltiple, Parkinson…), tienen trastornos de función del esfínter o de la vejiga urinaria.
Por este motivo, la clave para el correcto control de la patología y para fomentar el buen estado de la calidad de vida de los pacientes, “es hacer caso de los consejos del urólogo, que a veces son diferentes de los que ofrecen otros facultativos respecto al mensaje de beber muchos líquidos al individualizar cada caso, y evitar prestar atención a la “medicina de Internet”, concluye el Dr. Prieto.
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