2 de Mayo, festividad de la COMUNIDAD DE MADRID.
Ni soy político, ni experto en protocolos; simplemente un curioso que como todos del gremio, observamos mucho.
Hoy viene como anillo al dedo aquella palabra tan usada en las obras de teatro: “LIPORI”, «vergüenza ajena», “la que uno siente por lo que hacen o dicen otros”. La escenificación de la “operación ministerial según okupas”, nos trae un compendio de adjetivos: infantil, fuera de lugar, intriga palaciega, sobre actuación de un gobernante, ridículo nacional, actuación prepotente ante toda España, “vergüenza ajena”, “LIPORI”.
No sé de protocolos, pero entiendo que todo acto institucional es “propietario de su propio protocolo”. En este caso sólo la Comunidad de Madrid y el ejecutor del mismo como “JEFE DE PROTOCOLO”.
Hoy en día, las “mentiras” en la vida político social tienen las patas muy cortas y los medios de comunicación, cada cual con su “filosofía”, se encargarán de poner los “puntos sobre las íes”. Si el pueblo hierra, sólo trasciende un sentimiento de pena o de humor...
Si hierra un señor ministro, entendido o con secretaria especializada, trasciende el sentimiento de “vergüenza”, ridículo, soberbia y pensando bien de “ignorancia”.
Toda esta intranscendente anécdota pasará a la historia como “en el año 2023, un señor ministro ignorante, pero soberbio, intentó colocarse en la Tribuna representativa de la COMUNIDAD DE MADRID, con intención de... (cada uno saque la conclusión que considere oportuna). Yo tengo la mía: creo que se intentaba fastidiar la alegría que todos los madrileños tenían y sentían...
Lo siento, señor ministro, si quiere ser considerado y valorado como gobernante, lea el Quijote y pregunte a Sancho Pancha sobre aquella famosa INSULA DE BARATARIA.
|