Las elecciones paraguayas a fines de abril debieron ser una fiesta, pero la celebración fue pronto empañada por grupos que se alimentan del descrédito de las instituciones e intervención de embajadas extranjeras. Se trata de organizaciones que buscan debilitar a cualquier gobierno que se muestre desafiante a sus designios.
El tema de fondo es que con las elecciones consumadas el 30 de abril en esta república sudamericana, cuyo resultado dio la espalda a una grotesca intervención norteamericana, los beneficiarios de la ayuda de organismos como USAID quedaron al borde de su desaparición de la escena política.
El outsider Fernando Lugo ganó las elecciones de abril del 2008 en Paraguay con fuerte respaldo de personajes vinculados a organismos norteamericanos de penetración imperialista, como NED y USAID. Su gabinete fue integrado en su totalidad por los referentes de dichos organismos y sus ONGs subsidiarias en la sociedad paraguaya, así como por agentes del FMI y otros grupos relacionados con las políticas de Washington.
Ese gabinete fue dominado por usurpadores que se autodenominan “sociedad civil”, instalados en organizaciones que constituyen una especie de consulados ilegales, y cuyos miembros se eligen a sí mismos pero que, con tan débil respaldo popular, reclaman la totalidad de la representación social y por ende, funciones, derechos y privilegios que corresponden a entidades legítimas.
Estos grupos quedaron al borde de la extinción con las elecciones del 30 de abril, pues Lugo quedó incapacitado de intervenir en la campaña debido a un inoportuno accidente cerebro vascular. El resultado fue un completo fracaso de la fuerza que aglutina, cuya segunda línea fue incapaz de presentar un frente compacto.
Es difícil negar que la CIA, el Departamento de Estado, la embajada estadounidense en Asunción, el Departamento del Tesoro, la Administración Biden en pleno apostó a la derrota del partido de gobierno en Paraguay pero sufrió un inesperado revés.
Durante la campaña electoral, la embajada norteamericana acusó al titular del partido gobernante en Paraguay de relaciones con el terrorismo por una aeronave iraní venezolana que llegó a Paraguay para transportar cigarrillos a América Central y el Caribe, luego lo certificó como "manifiestamente corrupto" y le quitó su visa y cualquier vínculo financiero, económico y civil con USA de por vida, al igual que a sus hijos.
A continuación el Nª2 de la CIA se instaló en Paraguay con el argumento de que preocupaban las organizaciones criminales; y desde la embajada estadounidense en Asunción se realizaron declaraciones -tanto 'on the record' como 'off the record'- para afirmar que Paraguay precisaba una alternancia de signo político en el poder.
La derrota de toda esa campaña orquestada por la embajada norteamericana representa un revés dramático para el intervencionismo estadounidense en la región, capaz de explicar todo tipo de campañas desestabilizadoras en el futuro inmediato. LAW
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