El étimo de la palabra española inocente es la latina innocens que significa inocuo, inofensivo, que no hace daño, inocente.
Ni Feijóo, ni nadie puede dañar, ni perjudicar con una pregunta a Pedro Sánchez, porque este ser, aparte de que no responderá directamente a lo que se le inquiera, no suele hacerlo. Nos tiene más que demostrado a los españoles que no es un hombre de palabra, que no cumple lo que dice y que no nos podemos fiar de él. Como siempre no respondió y comenzó a mencionar asuntos que no tenían nada que ver con lo preguntado. Pero, aunque le hubiese respondido directamente, fuese cual fuese su contestación, ésta no tendría valor ninguno, ya que ha perdido todo su crédito. ¿Quién puede dar por bueno lo que diga, o esperar que cumpla su palabra? Está en una continua rectificación, constantemente desdiciéndose, no cumpliendo su palabra a renglón seguido de haberla pronunciado. En un programa de televisión prometió que no pactaría con Podemos, porque no podría dormir tranquilo. Esto se quedó en agua de borrajas, o llevará muchas noches de insomnio. En otra ocasión también prometió que no pactaría con Bildu, una, dos, tres veces lo repitió, y llegó a decirle al entrevistador que si quería se lo diría cinco veces. Cinco, cincuenta, quinientas veces que lo hubiera repetido, habría dado igual. Nos ha demostrado palpable y fehacientemente que su palabra no tiene valor alguno. Si tuviera blasón, el mote que podría lucir en él sería: “PEDRO SÁNCHEZ EL INCUMPLIDOR”. Este ser debe de tener algún tipo de disociación mental que la hace que no distinga el bien del mal, ni la mentira de la verdad, así como el compromiso de cumplir lo que se promete, o sea, la palabra dada. Está enrocado en su torre de marfil, cubierto con una armadura granítica, que le impide percibir la realidad. Por ello es un ser del que sólo se pueden esperar, trapacerías, engaños e incumplimientos de su palabra. De ahí que esperar que esta persona diga la verdad o cumpla su palabra, es aguardar el santo advenimiento de los caracoles. Tardan tanto en llegar, que al final se desiste, o no llegan nunca. Por eso digo que Feijóo es un inocente, porque de esta falaz persona, llamada Pedro Sánchez, nunca jamás, en ningún momento, se puede creer en lo que diga (son muchos los desengaños que nos ha dado), porque es una veleta en movimiento. Está ofreciendo todo lo que no eres capaz de cumplir. Una de sus últimas ocurrencias, tontería la llamo yo, ha sido prometer a los mayores de 65 años que podrán ir al cine, una vez a la semana, por sólo 2 euros. Vamos a ver Pedro, entre tú y los españoles hay un discapacitado mental, y no creo que sean éstos. ¿Acaso con esta medida crees que eliminarás los problemas de los mayores que tienen a todos sus hijos en paro y, que como dijo cierta ministra tuya, las familias en paro podían comer gracias a la pensión de los abuelos? ¿Te crees que las personas mayores están para ir al cine cuando ven que la exigua pensión que cobran, además de haber ayudado a sus hijos, no les llega para alcanzar el fin de mes? Has perdido total y absolutamente el contacto con la realidad. ¿acaso no sabes que las cadenas televisivas ofrecen magníficas películas que puedes ver en tu casa, en pijama y zapatillas, y que cualquier abuelo las puede ver y destinar los dos euros para que su hija o su nuera pueda comprar el pan o la leche que sus hijos necesitan?¿Estás con Alicia en el “País de las Maravillas”? Cuando era pequeño y decía alguna sandez sin sentido, mi madre me decía “abre la boca y di lo que quieras, pero atente a las consecuencias”. En ocasiones era más dura y me decía: “si quieres que te partan la boca, habla sin ton ni son”. Pedro, si viviera mi madre, no sé cuál de estas expresiones te aplicaría. Ambas te las mereces.
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