A los pertenecientes al “segmento de plata”, el paso delos años nos trae consigo la pérdida de alguna de las facultades. En mi caso se trata de la pérdida del sentido común. Todo ello proviene de mi trabajo como voluntario a lo largo de este curso como profesor de un alumno mayorcete que preparaba su graduado escolar. A lo largo de estos meses, he descubierto dos cosas: 1ª. Los textos han cambiado totalmente los conceptos que yo aprendí hace casi 70 años. 2ª. Mis conocimientos de todo tipo se han debilitado o perdido en la noche de los tiempos. Como consecuencia de lo anterior, y dentro de mi locura momentánea, he decidido volver a las aulas y matricularme en el primer curso de Historia de la UMA. No sé como va a acabar esta aventura. Pero después de más de veinte años recibiendo clases de todo tipo, mi cerebro me pide una nueva experiencia enriquecedora y el contacto con gente joven que comparta mis deseos de aprender. Así que, mis queridos amigos del “segmento de plata”, les invito a seguir mis pasos. Nunca es tarde si la dicha es buena. Y además esta experiencia permite que desaparezca un sujeto extraño que anda rondando por mi casa como si estuviera enjaulado. Lo curioso de esta situación es que tres de mis nietas comienzan sus estudios universitarios al mismo tiempo que yo los reanudo. A ver qué pasa. Seguiré informando.
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