Los astros se alinean para el Reino de Marruecos, al cumplir el Rey alauí por estas fechas 24 años en el trono.
La histórica aproximación de Israel, los favorables resultados en las elecciones españolas, la suma del respaldo dominicano y otras circunstancias coyunturales del presente, han alentado al Rey Mohammed VI a realizar un necesario llamado a restablecer relaciones normales con Argelia.
El fin de semana el Rey de Marruecos reafirmó su rol positivo, sus ideas progresistas, y su inclaudicable intención de asimilar el reino de Marruecos a la modernidad, con su discurso con motivo de la Fiesta del Trono.
Con un discurso que expone con claridad las fuentes en las cuales se inspira su lucha contra el aislamiento, no es extraña la consecuente abundante cosecha de frutos, en ámbitos diversos, desde lo industrial al deportivo, pasando por el innegable desarrollo cultural que se advierte fácilmente en la mentalidad que transmite a un pueblo leal a su liderazgo.
En un lenguaje diáfano, el mensaje real emitido el sábado explica el papel aglutinante del Rey como autoridad moral y religiosa del Reino de Marruecos, un estado que ha demostrado su capacidad para superar los desafíos más duros, como la persistencia de enclaves retardatarios y obstinadas campañas de desprestigio, que no han hecho mella en su espíritu y capacidad de posicionarse en la comunidad internacional como un catalizador del entendimiento entre las naciones y factor gravitante en la resolución diplomática de los conflictos regionales.
Todo ello sin renunciar a la reivindicación de la causa palestina y en forma subitánea y paralela, conquistar el apoyo de Jerusalén.
Los ejes plasmados por la exposición real no pueden menos que augurar un gran futuro al pueblo marroquí, porque basa sus ideas en una inclaudicable voluntad de preservar sus valores culturales, religiosos, y defender con inquebrantable dignidad su integridad territorial y su derecho a progresar como nación.
Más allá de la expresión de deseos, los avances de Marruecos se traducen en hechos tangibles. La República Dominicana se sumó al reciente aval de Israel a la causa de la integridad territorial de Marruecos y reiteró "su reconocimiento absoluto de la marroquinidad del Sáhara", subrayando que "considera favorablemente" la apertura de un consulado adominicano en la ciudad de Dajla.
El ministro dominicano de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, escribió una carta a su homólogo marroquí para conocimiento del Rey Mohammed VI, en nombre del Presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, la posición de su país sobre la cuestión del Sáhara marroquí, en el sentido de reconocer la justicia de la causa del reino magrebí en defensa de su integridad territorial.
Al consentimiento israelí a las reivindicaciones de Marruecos sobre su ancestral Sahara, al contrario de lo que un pensamiento maniqueo pudiera hacer suponer, no hay posicionamiento contrapuesto de los tradicionales antagonistas.
"Los palestinos están satisfechos del apoyo del Reino de Marruecos a su causa y a sus derechos legítimos para establecer un Estado palestino" , indicó el domingo el embajador de Palestina en Marruecos, Jamal Chaoubaki.
Tal vez sea el crepúsculo de un orden mundial en retirada, o tal vez la alborada de nuevos tiempos. La humanidad, como el Rey Mohammed VI, tiene derecho a soñarlo.
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