World Vision advierte que seis meses después de que se produjera el devastador terremoto (el pasado 6 de febrero), la situación humanitaria en el noroeste de Siria es peor que nunca.
"Ha pasado medio año desde que el devastador terremoto sacudiera el noroeste de Siria y el sur de Turquía. Las familias sirias continúan lidiando con sus secuelas, además de la angustia permanente causada por el largo conflicto, la recesión económica, un brote de cólera y las duras condiciones climáticas", explica Johan Mooij, director de Respuesta en Siria de World Vision.
"En el noroeste de Siria, una preocupación creciente radica en el número cada vez mayor de familias que siguen viviendo en refugios temporales. Aproximadamente 265.000 personas, cuyos hogares fueron destruidos por los terremotos, necesitan una vivienda adecuada. Para agravar esta crisis, el calor extremo del verano ha desencadenado una serie de incendios devastadores: en sólo tres días, entre el 15 y el 17 de julio, han tenido lugar más de 40 incendios. Hasta la fecha, en 2023, los informes revelan que se han producido más de 180 incendios, que han causado cinco muertes y dañado más de 220 tiendas de campaña".
World Vision advierte que la situación en el noroeste de Siria es cada vez más compleja con la introducción de recortes en las raciones de alimentos. Esta medida pone a unos 2,5 millones de personas en riesgo inminente de padecer hambruna severa, lo que agrava la crisis que sufre el país. La inseguridad alimentaria ha aumentado de forma alarmante, con niveles que superan el 50% desde 2015, afectando a unos 12,1 millones de personas. En este contexto, las tasas de malnutrición han alcanzado máximos históricos: una de cada cuatro mujeres embarazadas y lactantes sufre malnutrición aguda, y uno de cada cuatro niños y niñas padece retraso en el crecimiento en algunas zonas del país.
A 21 de julio, el Plan de Respuesta Humanitaria para 2023, que solicita 5.300 millones de dólares, sólo ha sido financiado en un 13% a mitad de año, lo que suscita gran preocupación entre la comunidad humanitaria.
"En este mundo de abundancia, ningún niño ni niña debería pasar hambre. Estamos trabajando con las principales partes interesadas para proporcionar asistencia vital a quienes la necesitan con urgencia, abordar las causas profundas del hambre y colaborar a escala mundial para ayudar a construir sistemas alimentarios más inclusivos, resistentes y sostenibles que aumenten la seguridad alimentaria, fortalezcan la nutrición, mejoren la salud y la educación y refuercen las medidas de protección de los niños, las familias y las comunidades de todo el mundo”.
"A pesar de las sombrías circunstancias, la resistencia de la gente y el trabajo incansable de World Vision y sus socios ofrecen un rayo de esperanza. Sin embargo, la necesidad de ayuda y atención internacional sigue siendo crítica. Al cumplirse medio año del terremoto, imploramos a particulares, empresas, gobiernos y organismos internacionales que se unan en apoyo de las víctimas de esta crisis, para ayudarles a reconstruirse y recuperarse", concluye Mooji.
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