En la última subasta de Letras del Tesoro celebrada hoy, la rentabilidad de las Letras a 12 meses cayó hasta el 3,68%, frente al 3,80% del pasado mes de julio. El capital adjudicado fue de 3.835,28 millones de euros, con una demanda de 1,73 veces la emisión. El rendimiento de las Letras a 6 meses superó ligeramente al de la anterior subasta, alcanzando el 3,63% (3,62% en julio). El capital adjudicado fue de 1.003,52 millones de euros y la demanda cubrió 2,72 veces la emisión. Los inversores particulares volvieron a demostrar un gran interés por la deuda española, ya que en las Letras a 6 meses se adjudicaron el 43% de la emisión y en las de 12 meses el 23%, una subida significativa respecto al mes anterior. La especulación sobre el final de las subidas de tipos y la baja rentabilidad que continúan ofreciendo las entidades bancarias han vuelto a disparar la demanda de un activo que en estos momentos cubre la inflación en España, aunque se espera un repunte hasta el 2,3% desde el 1,9% en los datos de IPC correspondientes al mes de julio que publicarán el viernes. El BCE volvió a subir los tipos de interés por novena reunión consecutiva el pasado mes de julio, hasta el 4,25%. A pesar de que la inflación todavía se encuentra en el 5,3%, lejos del objetivo del 2%, los inversores están especulando con una pausa en las subidas ante el progresivo deterioro económico. Mientras, la media del rendimiento que ofrecen los bancos en España se encuentra en el 1,64%, muy por debajo de la media europea de 2,46%. El exceso de liquidez, el desplome en la demanda de crédito y la estabilidad en los depósitos bancarios están llevando a la banca a mantener la rentabilidad ofrecida. La prima de riesgo española se encuentra en los 106 puntos básicos, 3 puntos por debajo de los niveles en los que empezó el año. La rentabilidad del bono a 10 años ofrece un 3,5%, también por debajo en el acumulado del año. El proceso electoral no ha tenido un impacto significativo y la incertidumbre sobre la formación del próximo gobierno no se ha trasladado a los mercados de deuda. El Tesoro español podría dejar de recibir los fondos de recuperación europeos hasta que conforme una nueva coalición, algo que podría aumentar las necesidades de financiación, que a principios de año se estimaron en 70.000 millones de euros.
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