Jamás llegaré a ser un chovinista ni exaltaré las cualidades y virtudes de España, sin que las tenga, por encima de las de otros países. Todos los pueblos, mejor aún, todos los seres humanos a lo largo de sus vidas han llevado a cabo gestas y trabajos dignos de ser tomados en consideración y emulados por otros humanos. La humanidad no ha dejado de progresar y superarse desde que los homínidos primigenios tomaron conciencia de su existencia. Si no hubiese sido así no hubiesen progresado ni evolucionado en sus conocimientos. Raro es el que no se siente orgulloso de haber nacido y criado en cualquier país al que defenderá contra todos los ataques que contra él lleven a cabo. Posiblemente, el caso de España sea el único de la historia de los humanos en el que los nacidos en ella la denigren, vituperen y escarnezcan. Cuentan que, en cierta ocasión le preguntaron al canciller alemán Bismark que qué país de Europa era el más fuerte. Todos esperaban que dijese Alemania, Francia o el Reino unido, quedaron sorprendidos cuando respondió que España. Al preguntarle, extrañados, que por qué, respondió, porque los españoles llevan más de tres siglos queriendo destruirla y aún no lo han conseguido. Atinada y acertada respuesta, pero posiblemente no conociese lo que nos dice Cneo Pompeyo Trogo, historiador galo-romano del siglo I a. C., perteneciente a la tribu de los voconcios de la Galia Narbonense, que adquirió buen renombre como tal en tiempos de Augusto. Esto es lo nos dice de Hispania:
“…es fecunda en toda clase de frutos, hasta el punto de que por la abundancia de todos sus productos no sólo provee a sus propios habitantes, sino también a Italia y a la ciudad de Roma. De aquí, en efecto, no sólo sale gran cantidad de trigo, sino también de vino, de miel y de aceite. No sólo ocupa un puesto importante el mineral de hierro, sino también sus rebaños de veloces caballos. Y no sólo hay que elogiar los productos de la superficie de la tierra, sino también la abundante riqueza de sus minerales escondidos. Además hay gran cantidad de lino y esparto y ninguna tierra es sin duda más rica en minio El cuerpo de sus hombres está preparado para el hambre y la fatiga y su espíritu para la muerte. Todos son de una dura y rigurosa sobriedad. Prefieren la guerra a la inactividad y, si les falta un enemigo fuera, lo buscan en su propia tierra”. Más atinado no pudo estar en cuanto a la belicosidad de los hispanos y a sus ganas de buscar pleitos y querellas, cuando no las tenían de enemigos foráneos, dentro de su propia tierra. También he encontrado un quinteto que mejor no nos puede definir a los españoles. Es el siguiente:
oyendo hablar un hombre, fácil es saber dónde vio la luz del sol. si alaba Inglaterra, será inglés si os habla mal de Alemania, es un francés y si habla mal de España… es español.
Versos del poeta español nacido en Cataluña Joaquín Bartrina (1550-1880), quien, a pesar de la brevedad de su vida observó lo que ocurría a su alrededor, siendo muy acertado en esta apreciación. Esta es la tónica de todos los hispanos, menospreciar a su Patria y denigrarla. No solo en tiempos pasados, aún en los presentes se hace todo lo posible por destruirla, como decía Bismark. Hoy día nuestros malhadados gobernantes están haciendo todo lo posible por desmembrarla, descuartizarla y destruirla. El fatuo y falto de seso príncipe del engaño y rey de la mentira que, en funciones, nos gobierna, con tal de mantenerse en el poder, tras haber sido su partido político la segunda fuerza votada en las pasadas elecciones generales, está dispuesto a llevar a cabo todas las marrullerías, embrollos y enredos aún pactar con independentistas y filo terroristas, aunque sea a costa de la aniquilación de España como país. La prostitución es manifiesta ya que se la venden al mejor postor que preste su consentimiento para que este cabeza hueca siga gobernando.
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