Llueve y deja de llover, pasará hasta la medianoche, lloverá y entonces ¿qué?, nada, que llueva, que me quedo dormida viendo las series de acción de televisión, entre las olas tempestuosas de sentirme vieja e indecisa, pero con suerte, también.
Llueve y son ya muchas gotas, que cantan con intensidad, y mientras me voy al otro mundo, el de los sueños, voy susurrando sin cesar, que me es igual pues no soy yo quien ordena ni dispone. Soy sólo la que observa los cambios y las direcciones que toman tantas cosas, gracias a Dios, en compañía de mi amado gato Santy. Él lleva dieciséis años a mi lado viendo también la lluvia a través del viejo cristal, sin contar las gotas, imposible. Sin quejarse de estar bajo techo, simplemente y con serenidad, observando, con sus grandes ojos de plata.
El 16 de julio de 2024, cumplirá 17. Ojalá llegue pues está con medicinas para el corazón debido a un tumor en el pericardio. Sea como sea, siempre estaremos juntos pues lo que une Dios, unido se queda. Se toma cuatro pastillas al día y unas gotas. Desde aquí las gracias a Andrea, Margarita y Luisa, sus veterinarias.
Que la suerte sea grande y cumpla sus 17, juntos observando la lluvia, cae y cae y que no asusta. No hay miedo porque tenemos casa y nos podemos abrazar. Todo está bien.
|