En los primeros días de noviembre de 1975, el Rey Hassan de Marruecos lanzó la consigna de recuperar el ancestral Sahara, cuna de siete dinastías de sultanes que gobernaron Marruecos. La significación de ese evento histórico, recordado como "Marcha Verde", fue enfatizada por el monarca alaouí en su cuadragésimo octavo aniversario conmemorado en este año 2023.
"La Marcha Verde, ha hecho posible la integración de la unidad territorial del país", señaló en su mensaje el Rey Mohammed VI. Subrayó que a la Marcha Verde siguieron las marchas del desarrollo, la modernización y la construcción, como forma de honrar al hombre marroquí y a su ancestral Sahara. La triunfante reivindicación del territorio ha consolidado la dimensión atlántica del reino magrebí, que hoy ofrece generosamente como factor de integración y desarrollo a los pueblos del Sahel. También destacó el papel de la diplomacia marroquí que con su eficacia permitió reforzar la posición de Marruecos, incrementando el apoyo internacional a su integridad territorial y neutralizando las maniobras de los adversarios, tanto aparentes como latentes.
También recordó a los países de Latinoamérica y Norteamérica que "Si la fachada mediterránea es considerada como un enlace entre Marruecos y Europa, la atlántica es el pórtico de Marruecos hacia África y la ventana por la que asoma al espacio americano. De aquí nuestro afán de acondicionar el espacio litoral nacional, donde se incluye la fachada atlántica del Sahara marroquí, junto con la estructuración de este espacio geopolítico, a nivel africano. Nuestro objetivo reside en transformar la vertiente atlántica en un espacio de comunicación humana, de complementariedad económica y de radiación continental e internacional".
Esta importancia, según Mohammed VI, impulsa la realización de los megaproyectos que se llevan a cabo en el Sahara marroquí, a fin de disponer de los servicios e infraestructuras relacionados con el desarrollo humano y económico, además de establecer la conectividad entre los distintos componentes del litoral atlántico y facilitar los medios de transporte y plataformas logísticas, sin olvidar la formación de una flota marítima comercial nacional, fuerte y competitiva.
Con el fin de acompañar el progreso económico y la expansión urbana en el Sahara, el rey puntualizó que seguirá la inversión en los ámbitos de la pesca marítima y la desalinización del agua de mar, con el fin de fomentar las actividades agrícolas, promover la economía azul y apoyar las energías renovables.
También destacó las enormes potencialidades de la región, que llaman a transformarla en un verdadero destino turístico costero y sahariano.
Marruecos, hoy un país estable que ha ganado credibilidad, no puede desentenderse de los envites y desafíos que afrontan los países africanos, en general, y los atlánticos, en particular. La vertiente atlántica africana acusa unas carencias concretas en términos de infraestructuras e inversiones, a pesar del nivel de cualificación de sus recursos humanos y de la abundancia de sus recursos naturales.
Desde esta perspectiva, el Rey llamó a sus hermanos en África, a encontrar respuestas prácticas y eficientes a dichas carencias, en el marco de la cooperación internacional. En este contexto, remarcó su apoyo al proyecto estratégico del gasoducto Marruecos-Nigeria como factor de integración regional que además de ayudar al despegue económico africano, podría ser una fuente segura de suministro de energía para los países europeos.
"Los problemas y dificultades que conocen los países hermanos de la región del Sahel no se podrán resolver recurriendo únicamente a las dimensiones securitaria y militar, sino más bien adoptando un enfoque basado en la cooperación y el desarrollo compartidos", esclareció con su acostumbrada clarividencia Mohammed VI.
En su generoso discurso, Mohammed VI ofreció a los países del Sahel un acceso al Océano Atlántico a través de Marruecos.
"Marruecos está dispuesto a poner sus infraestructuras viarias, portuarias y férreas a disposición de estos países hermanos, convencidos de que esta iniciativa constituirá una profunda mutación para la economía de dichos países y de toda la región" expresó Mohammed VI también expresó la seriedad y los valores espirituales, patrióticos y sociales inherentes a la Nación marroquí, que ha sabido atesorar su país en un mundo de constantes fluctuaciones.
En este sentido, resaltó que "la Marcha Verde ha encarnado estos arraigados valores de sacrificio, lealtad y amor a la Patria, que han permitido a Marruecos liberar su tierra y completar su soberanía sobre la misma".
El Rey también agradeció a los numerosos países que han reconocido la marroquinidad del Sáhara y a las potencias influyentes, que han señalado a la iniciativa de autonomía como la única solución para el arreglo de este artificial diferendo regional, hoy ya fogoneado en solitario desde la oligarquía argelina.
En contrapartida a esa actitud antagónica, señaló que "los valores de solidaridad, cooperación y apertura que distinguen a Marruecos, han contribuido al fortalecimiento de su posición en tanto que actor principal y socio económico y político fiable y digno de credibilidad, tanto a escala regional como internacional, especialmente con los Estados árabes y africanos hermanos".
Querido pueblo: queremos aprovechar la conmemoración de esta gloriosa efemérides para renovar nuestro compromiso para con los valores de la Marcha Verde y nuestra fidelidad a su eterno juramento.
El Rey concluyó su discurso conmemorativo agradeciendo la lealtad de las Fuerzas Armadas reales y evocando la memoria de su padre Hassan II y la de todos quienes contribuyeron a la grandeza de la Nación marroquí.
A casi medio siglo de "La Marcha Verde", todos los indicios señalan que la victoria total de Marruecos en su larga batalla por preservar su integridad territorial, está muy próxima. LAW
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