El profesor Byung-Chul Han con su libro Topología de la violencia, publicado en Herder en 2016, elabora una serie de análisis antropológicos, psicológicos y filosóficos sobre diversos aspectos del poder, la sociedad, la injusticia,etc. Reflexionando también sobre los planteamientos de Foucault, Agamben Deleuze, Zizek, y otros filósofos a lo largo de las páginas de la obra. Actualmente, Han nacido en Corea del Sur en 1959 es profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín. En 1994 se doctoró en la Universidad de Friburgo con una tesis sobre Heidegger.
Es un libro muy interesante, porque el autor realiza un recorrido histórico en la primera parte sobre las formas de violencia, con interpretaciones acertadas y muy precisas. Parte de la base de que hay cosas que nunca desaparecen, y está claro que la violencia es una de ellas, desde los tiempos más remotos. Vivimos en la sociedad del rendimiento, del cansancio, de la transparencia y de la positividad, según Han. Ha analizado, de un modo muy original, la violencia oculta en la sociedad del éxito actual. Habla de la violencia sistémica, por ejemplo. Señala la persistencia de la injusticia que yo interpreto como una de las causas de la violencia. Escribe en relación con esto: «La teoría de la “violencia estructural de Galtung también se funda en la mediación estructural de la violencia. Las estructuras establecidas en el sistema social se ocupan de la persistencia de la injusticia».
En la realidad de nuestro tiempo, ya se ha llegado a la hipercomunicación, la hiperinformación y la hipervisibilidad. Y la memoria posee una función narrativa, que no es simple acumulación de vivencias, experiencias o informaciones archivadas.
Por tanto, aunque la transparencia aplicada al campo político es adecuada, en relación con el ámbito de la sociedad, puede no tener en cuenta lo complejo, y lo diferente, y servir, simplemente, para igualarlo todo. Como dice, acertadamente, Han «Si desaparece la trayectoria narrativa del tiempo, este se desmorona en un presente meramente sucesivo atomizado». En efecto, es lo que ya está ocurriendo en el mundo de hoy.
En el ámbito político asistimos a una especie de teatrocracia al servicio de los espectadores. Desde la interpretación de Han es necesaria una esfera secreta en la política, a mi juicio, no. Otra cuestión diferente es que en política, al ser una actividad de estrategia, no es necesario que los políticos expongan todas sus intenciones, pero sí que digan, claramente, lo que quieren realizar con su actividad política.
De todas formas, la sociedad líquida o digital en la que estamos manifiesta una especie de agresividad o violencia masiva, precisamente, por la hiperinformación existente. Ya que como también argumenta Byung-Chul Han «La masa de comunicación, información y signos genera una violencia particular, una violencia de positividad, que ya no ilumina ni revela, sino que solo actúa masivamente». La macrofísica y microfísica de la violencia está explicitada a lo largo de los capítulos de este magnífico libro que nos hace pensar sobre numerosos aspectos de la realidad social del siglo XXI.
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